Se reducen de manera significativa las pruebas innecesarias para las infecciones del tracto urinario
Por el equipo editorial de LabMedica en español Actualizado el 11 Mar 2019 |
Imagen: Las pruebas innecesarias para las infecciones del tracto urinario se pueden reducir significativamente (Fotografía cortesía de Nicole Wetsman).
Las pruebas para detectar las infecciones del tracto urinario (ITU) a menudo se realizan en hospitales, incluso cuando los pacientes no presentan síntomas. Tales pruebas, "solo para estar seguros", pueden dar resultados que lleven a los médicos a recetar antibióticos cuando hay poca o ninguna evidencia que justifique tal tratamiento.
Un estudio nuevo indica que hacer un simple cambio en el sistema electrónico utilizado por los médicos para ordenar las pruebas de orina puede reducir casi la mitad de las pruebas de cultivo bacteriano ordenadas sin comprometer la capacidad de identificar a las personas que necesitan tratamiento para las ITU. El cambio alentó a los médicos a buscar primero signos de una infección urinaria antes de solicitar la detección de bacterias en la orina de un paciente.
Científicos médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (St. Louis, MO, EUA) y sus colegas, evaluaron el impacto de los cambios en las pruebas de orina ordenadas en el sistema computarizado de ingreso de pedidos de médicos (CPOE) sobre las prácticas de solicitud de cultivos de orina. El equipo realizó dos cambios para fomentar pruebas de orina más informativas entre sus colegas en el Hospital Barnes-Jewish (St. Louis, MO, EUA).
Primero, enviaron un correo electrónico a todos los médicos explicando las razones por las que se debe ordenar una prueba de orina para detectar signos de infección antes de solicitar una prueba de cultivo bacteriano. Luego, cambiaron el sistema de pedido electrónico. Establecieron la prueba predeterminada de una tira reactiva de orina seguida de una prueba de cultivo bacteriano, en lugar de una prueba de cultivo sola, que anteriormente había sido la primera opción. Los clínicos que deseaban pedir una prueba de cultivo únicamente podían hacerlo, pero tenían que abrir una pantalla adicional en sus computadoras.
Los investigadores compararon todas las pruebas de cultivo de orina ordenadas en el Hospital Barnes-Jewish en los 15 meses anteriores a la intervención, que se realizó en abril de 2016, y los 15 meses posteriores. Antes de la intervención, los médicos ordenaron 15.746 cultivos de orina, o 38 pedidos por 1.000 días-paciente. Después de la intervención, ordenaron un 45% menos: un total de 8.823, o 21 pedidos por 1.000 días-paciente. En particular, el número de cultivos de orina de personas con catéteres, que tienen un alto riesgo de infecciones urinarias, disminuyó de 7,8 a 1,9 por 1.000 días-paciente, mientras que la cantidad de infecciones urinarias asociadas con el catéter no cambió en absoluto. Se diagnosticaron 125 infecciones urinarias asociadas a los catéteres en cada período de tiempo.
Dado que el costo de un cultivo de orina es de alrededor de 15 dólares, la intervención ahorró aproximadamente 104.000 dólares solo en costos de laboratorio durante el período de 15 meses. El equipo no pudo obtener registros de la farmacia para determinar si las pruebas más cuidadosas disminuyeron las formulaciones de antibióticos, pero los estudios anteriores han demostrado que minimizar las pruebas no justificadas reduce el uso excesivo de antibióticos.
David K. Warren, MD, profesor de medicina y autor principal del estudio, dijo: "Las pruebas excesivas para las infecciones de las vías urinarias aumentan los costos de la atención médica y llevan a un uso innecesario de antibióticos que propaga la resistencia a estos. Ordenar pruebas cuando el paciente las necesita es algo bueno. Pero ordenar las pruebas cuando no está indicado desperdicia recursos y puede someter a los pacientes a tratamientos innecesarios. Pudimos reducir sustancialmente la cantidad de pruebas ordenadas sin disminuir la calidad de la atención, y con un ahorro sustancial de costos". El estudio se publicó el 21 de febrero de 2019 en la revista Infection Control and Hospital Epidemiology.
Enlace relacionado:
Facultad de Medicina de la Universidad de Washington
Hospital Barnes-Jewish
Un estudio nuevo indica que hacer un simple cambio en el sistema electrónico utilizado por los médicos para ordenar las pruebas de orina puede reducir casi la mitad de las pruebas de cultivo bacteriano ordenadas sin comprometer la capacidad de identificar a las personas que necesitan tratamiento para las ITU. El cambio alentó a los médicos a buscar primero signos de una infección urinaria antes de solicitar la detección de bacterias en la orina de un paciente.
Científicos médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (St. Louis, MO, EUA) y sus colegas, evaluaron el impacto de los cambios en las pruebas de orina ordenadas en el sistema computarizado de ingreso de pedidos de médicos (CPOE) sobre las prácticas de solicitud de cultivos de orina. El equipo realizó dos cambios para fomentar pruebas de orina más informativas entre sus colegas en el Hospital Barnes-Jewish (St. Louis, MO, EUA).
Primero, enviaron un correo electrónico a todos los médicos explicando las razones por las que se debe ordenar una prueba de orina para detectar signos de infección antes de solicitar una prueba de cultivo bacteriano. Luego, cambiaron el sistema de pedido electrónico. Establecieron la prueba predeterminada de una tira reactiva de orina seguida de una prueba de cultivo bacteriano, en lugar de una prueba de cultivo sola, que anteriormente había sido la primera opción. Los clínicos que deseaban pedir una prueba de cultivo únicamente podían hacerlo, pero tenían que abrir una pantalla adicional en sus computadoras.
Los investigadores compararon todas las pruebas de cultivo de orina ordenadas en el Hospital Barnes-Jewish en los 15 meses anteriores a la intervención, que se realizó en abril de 2016, y los 15 meses posteriores. Antes de la intervención, los médicos ordenaron 15.746 cultivos de orina, o 38 pedidos por 1.000 días-paciente. Después de la intervención, ordenaron un 45% menos: un total de 8.823, o 21 pedidos por 1.000 días-paciente. En particular, el número de cultivos de orina de personas con catéteres, que tienen un alto riesgo de infecciones urinarias, disminuyó de 7,8 a 1,9 por 1.000 días-paciente, mientras que la cantidad de infecciones urinarias asociadas con el catéter no cambió en absoluto. Se diagnosticaron 125 infecciones urinarias asociadas a los catéteres en cada período de tiempo.
Dado que el costo de un cultivo de orina es de alrededor de 15 dólares, la intervención ahorró aproximadamente 104.000 dólares solo en costos de laboratorio durante el período de 15 meses. El equipo no pudo obtener registros de la farmacia para determinar si las pruebas más cuidadosas disminuyeron las formulaciones de antibióticos, pero los estudios anteriores han demostrado que minimizar las pruebas no justificadas reduce el uso excesivo de antibióticos.
David K. Warren, MD, profesor de medicina y autor principal del estudio, dijo: "Las pruebas excesivas para las infecciones de las vías urinarias aumentan los costos de la atención médica y llevan a un uso innecesario de antibióticos que propaga la resistencia a estos. Ordenar pruebas cuando el paciente las necesita es algo bueno. Pero ordenar las pruebas cuando no está indicado desperdicia recursos y puede someter a los pacientes a tratamientos innecesarios. Pudimos reducir sustancialmente la cantidad de pruebas ordenadas sin disminuir la calidad de la atención, y con un ahorro sustancial de costos". El estudio se publicó el 21 de febrero de 2019 en la revista Infection Control and Hospital Epidemiology.
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Hospital Barnes-Jewish
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