Trabajadores sanitarios transportan esporas de diarrea en sus manos
Por el equipo editorial de LabMedica en español Actualizado el 20 Feb 2014 |
Imagen: prueba de aglutinación de látex para Clostridium difficile (Fotografía cortesía de Oxoid).
No es raro encontrar la bacteria Clostridium difficile en las manos de los trabajadores sanitarios, resaltando una posible ruta a través de la cual esta bacteria se propaga en los hospitales.
Existe la opinión de que muchos trabajadores de la salud podrían estar transmitiendo C. difficile a los pacientes, incluso después de la limpieza de rutina con fricciones a base de alcohol, lo que apunta a la necesidad de lavarse las manos de rutina con agua y jabón después de tratar a cualquier paciente infectado, independientemente del entorno.
Los científicos de los Hospitales Universitarios de Ginebra (Suiza) y sus colegas, compararon la contaminación de las manos de los trabajadores de la salud que atendían a pacientes infectados con C. difficile, con la de los trabajadores que cuidaban a los pacientes no infectados. El estudio prospectivo se llevó a cabo entre junio y agosto de 2007 en un hospital universitario francés de 950 camas, en momentos en que la incidencia global de la infección por C. difficile (CDI) fue de 1,3 casos por cada 10.000 cama-días, con un 68%de los casos clasificados como adquiridos en el hospital.
El muestreo de las manos de los trabajadores de salud (TS) fue realizado mediante un método de recuperación de esporas desarrollado por los científicos. Las colonias de C. difficile fueron identificadas inicialmente por su aspecto macroscópico y el olor, seguido de una prueba de aglutinación de látex (Oxoid C. difficile Test kit, Thermo Scientific, Basingstoke, Reino Unido). Durante el período de observación del estudio, se incluyeron 7 casos de pacientes con CDI y 16 pacientes del grupo control y se atendieron 66 trabajadores de la salud expuestos y 44 no expuestos, respectivamente. A los 110 trabajadores sanitarios les tomaron muestras de sus manos. La mayoría de los trabajadores sanitarios que participaron eran enfermeras y auxiliares de enfermería.
Las esporas de C. difficile fueron recuperadas de 24% (16/66) muestras obtenidas de las manos de los trabajadores sanitarios expuestos y de ninguno (0/44) de las obtenidos de los trabajadores sanitarios no expuestos. Una media de dos unidades formadoras de colonias (UFC) (rango, de una a seis) de C. difficile fueron recuperadas por cada mano positiva, con los números más altos encontrados después de la atención de alto riesgo. La contaminación se produjo con el contacto de alto riesgo, por ejemplo, cuando el trabajador de la salud no llevaba guantes, o cuando lavaron a los pacientes después de episodios de incontinencia fecal o después de un tacto rectal, por el cambio de ropa de cama sucia, o debido a la realización de una colonoscopia. La contaminación de las manos también estuvo vinculada a la duración del contacto de alto riesgo y era más común entre los auxiliares de enfermería, cuya tasa de contaminación fue de 42%, que en el resto de trabajadores, como los médicos con una tasa de contaminación de 23%, y las enfermeras en un 19%.
Los autores llegaron a la conclusión de que casi una cuarta parte de los trabajadores sanitarios tienen las manos contaminadas con esporas de C. difficile después de la atención de rutina de los pacientes con CDI. La contaminación de las manos se asocia positivamente con la exposición a la incontinencia fecal y la falta de uso de guantes. Caroline Landelle, PharmD, PhD, autora principal del estudio, dijo: “Debido a que las esporas de C. difficile son tan resistentes y persistentes a la desinfección, el uso de guantes no es una barrera absoluta contra la contaminación de las manos de los trabajadores sanitarios. Se debe realizar una higiene eficaz de las manos, incluso en entornos donde nunca se han presentado brotes”. El estudio fue publicado el 26 de noviembre de 2013, en la revista Infection Control and Hospital Epidemiology.
Enlaces relacionados:
Geneva University Hospitals
Oxoid
Existe la opinión de que muchos trabajadores de la salud podrían estar transmitiendo C. difficile a los pacientes, incluso después de la limpieza de rutina con fricciones a base de alcohol, lo que apunta a la necesidad de lavarse las manos de rutina con agua y jabón después de tratar a cualquier paciente infectado, independientemente del entorno.
Los científicos de los Hospitales Universitarios de Ginebra (Suiza) y sus colegas, compararon la contaminación de las manos de los trabajadores de la salud que atendían a pacientes infectados con C. difficile, con la de los trabajadores que cuidaban a los pacientes no infectados. El estudio prospectivo se llevó a cabo entre junio y agosto de 2007 en un hospital universitario francés de 950 camas, en momentos en que la incidencia global de la infección por C. difficile (CDI) fue de 1,3 casos por cada 10.000 cama-días, con un 68%de los casos clasificados como adquiridos en el hospital.
El muestreo de las manos de los trabajadores de salud (TS) fue realizado mediante un método de recuperación de esporas desarrollado por los científicos. Las colonias de C. difficile fueron identificadas inicialmente por su aspecto macroscópico y el olor, seguido de una prueba de aglutinación de látex (Oxoid C. difficile Test kit, Thermo Scientific, Basingstoke, Reino Unido). Durante el período de observación del estudio, se incluyeron 7 casos de pacientes con CDI y 16 pacientes del grupo control y se atendieron 66 trabajadores de la salud expuestos y 44 no expuestos, respectivamente. A los 110 trabajadores sanitarios les tomaron muestras de sus manos. La mayoría de los trabajadores sanitarios que participaron eran enfermeras y auxiliares de enfermería.
Las esporas de C. difficile fueron recuperadas de 24% (16/66) muestras obtenidas de las manos de los trabajadores sanitarios expuestos y de ninguno (0/44) de las obtenidos de los trabajadores sanitarios no expuestos. Una media de dos unidades formadoras de colonias (UFC) (rango, de una a seis) de C. difficile fueron recuperadas por cada mano positiva, con los números más altos encontrados después de la atención de alto riesgo. La contaminación se produjo con el contacto de alto riesgo, por ejemplo, cuando el trabajador de la salud no llevaba guantes, o cuando lavaron a los pacientes después de episodios de incontinencia fecal o después de un tacto rectal, por el cambio de ropa de cama sucia, o debido a la realización de una colonoscopia. La contaminación de las manos también estuvo vinculada a la duración del contacto de alto riesgo y era más común entre los auxiliares de enfermería, cuya tasa de contaminación fue de 42%, que en el resto de trabajadores, como los médicos con una tasa de contaminación de 23%, y las enfermeras en un 19%.
Los autores llegaron a la conclusión de que casi una cuarta parte de los trabajadores sanitarios tienen las manos contaminadas con esporas de C. difficile después de la atención de rutina de los pacientes con CDI. La contaminación de las manos se asocia positivamente con la exposición a la incontinencia fecal y la falta de uso de guantes. Caroline Landelle, PharmD, PhD, autora principal del estudio, dijo: “Debido a que las esporas de C. difficile son tan resistentes y persistentes a la desinfección, el uso de guantes no es una barrera absoluta contra la contaminación de las manos de los trabajadores sanitarios. Se debe realizar una higiene eficaz de las manos, incluso en entornos donde nunca se han presentado brotes”. El estudio fue publicado el 26 de noviembre de 2013, en la revista Infection Control and Hospital Epidemiology.
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