Se identifican biomarcadores para el cáncer de mama agresivo
Por el equipo editorial de LabMedica en español Actualizado el 17 Sep 2018 |
Imagen: Tejido mamario de una paciente en recaída con marcadores de fosforilación activa (color marrón, izquierdo), en comparación con el tejido mamario de una paciente sin recaída y que no tiene estos marcadores activos (derecha) (Fotografía cortesía del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas).
La forma de cáncer de mama más rara, pero también la más agresiva y difícil de tratar, es conocida como triple negativa. Para este tipo de cáncer, los oncólogos hasta ahora no han podido identificar marcadores que puedan clasificar a las pacientes según el pronóstico o la probabilidad de responder a diferentes tratamientos.
Se ha informado de una clasificación exitosa de pacientes con cáncer de mama triple negativas, que por primera vez discrimina a aquellas que se pueden curar de aquellas que podrían sufrir una recaída. También identifica nuevos objetivos farmacológicos e indica que, en pacientes con estos objetivos, los tratamientos combinados con medicamentos existentes podrían ser efectivos.
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (Madrid, España) y sus colegas, encontraron en muestras de tumores de 34 pacientes, los marcadores bioquímicos de la activación de las proteínas tumorales. Encontraron más de dos millones, pero con la ayuda de sofisticadas herramientas bioinformáticas, detectaron que, entre todas estas señales, existe una combinación precisa que solo se encuentra en las pacientes que recaen. Estas proteínas se activan a través de quinasas, que a su vez son proteínas, por lo que el siguiente paso fue encontrar las quinasas responsables de ese patrón específico. Finalmente, el análisis identificó las seis quinasas responsables del patrón de activación característico del proteoma de las pacientes que recaen.
Los científicos validaron sus hallazgos con 170 pacientes que confirmaron el valor de estas seis quinasas como marcadoras. Detectaron los péptidos fosforilados por espectrometría de masas. LC-MS/MS acoplando un sistema UltiMate 3000 HPLC a un espectrómetro de masas Q Exactive Plus (Thermo Fisher Scientific, Waltham, MA, EUA). Las pacientes en las que no se activó ninguna de estas proteínas tenían un 95% de probabilidades de curarse, o al menos de no sufrir una recaída doce años después del tratamiento. Sin embargo, si incluso una de las seis quinasas estaba activa el riesgo de recaída se multiplicaba por diez. Estas seis quinasas pueden inhibirse usando fármacos, y ya hay fármacos en uso contra algunas de ellas. Además, para demostrar la relevancia clínica de sus hallazgos, los científicos estudiaron en xenoinjertos y en xenoinjertos derivados de las pacientes, los tumores de las pacientes trasplantados en ratones la actividad antitumoral de 15 combinaciones diferentes de fármacos, y la relacionaron con el perfil de activación de las seis quinasas.
El análisis del estado funcional de las proteínas no se puede realizar actualmente como una prueba de rutina en los hospitales, pero los autores han traducido los patrones de activación de las quinasas en indicadores de inmunohistoquímica, que se pueden analizar fácilmente en los hospitales. El objetivo es que el estudio de las seis quinasas identificadas se convierta en el futuro en una prueba clínica corriente, de la misma forma en que lo es el perfil genético de cualquier tumor hoy en día. El estudio fue publicado el 29 de agosto de 2018 en la revista Nature Communications.
Enlace relacionado:
Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas
Thermo Fisher Scientific
Se ha informado de una clasificación exitosa de pacientes con cáncer de mama triple negativas, que por primera vez discrimina a aquellas que se pueden curar de aquellas que podrían sufrir una recaída. También identifica nuevos objetivos farmacológicos e indica que, en pacientes con estos objetivos, los tratamientos combinados con medicamentos existentes podrían ser efectivos.
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (Madrid, España) y sus colegas, encontraron en muestras de tumores de 34 pacientes, los marcadores bioquímicos de la activación de las proteínas tumorales. Encontraron más de dos millones, pero con la ayuda de sofisticadas herramientas bioinformáticas, detectaron que, entre todas estas señales, existe una combinación precisa que solo se encuentra en las pacientes que recaen. Estas proteínas se activan a través de quinasas, que a su vez son proteínas, por lo que el siguiente paso fue encontrar las quinasas responsables de ese patrón específico. Finalmente, el análisis identificó las seis quinasas responsables del patrón de activación característico del proteoma de las pacientes que recaen.
Los científicos validaron sus hallazgos con 170 pacientes que confirmaron el valor de estas seis quinasas como marcadoras. Detectaron los péptidos fosforilados por espectrometría de masas. LC-MS/MS acoplando un sistema UltiMate 3000 HPLC a un espectrómetro de masas Q Exactive Plus (Thermo Fisher Scientific, Waltham, MA, EUA). Las pacientes en las que no se activó ninguna de estas proteínas tenían un 95% de probabilidades de curarse, o al menos de no sufrir una recaída doce años después del tratamiento. Sin embargo, si incluso una de las seis quinasas estaba activa el riesgo de recaída se multiplicaba por diez. Estas seis quinasas pueden inhibirse usando fármacos, y ya hay fármacos en uso contra algunas de ellas. Además, para demostrar la relevancia clínica de sus hallazgos, los científicos estudiaron en xenoinjertos y en xenoinjertos derivados de las pacientes, los tumores de las pacientes trasplantados en ratones la actividad antitumoral de 15 combinaciones diferentes de fármacos, y la relacionaron con el perfil de activación de las seis quinasas.
El análisis del estado funcional de las proteínas no se puede realizar actualmente como una prueba de rutina en los hospitales, pero los autores han traducido los patrones de activación de las quinasas en indicadores de inmunohistoquímica, que se pueden analizar fácilmente en los hospitales. El objetivo es que el estudio de las seis quinasas identificadas se convierta en el futuro en una prueba clínica corriente, de la misma forma en que lo es el perfil genético de cualquier tumor hoy en día. El estudio fue publicado el 29 de agosto de 2018 en la revista Nature Communications.
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Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas
Thermo Fisher Scientific
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