Asocian linfoma no Hodgkin con bacteria de la fiebre Q
Por el equipo editorial de LabMedica en español Actualizado el 12 Nov 2015 |
Imagen: Una fractura en seco de una célula Vero exponiendo el contenido de una vacuola donde la Coxiella burnetii, el agente causante de la fiebre Q, está creciendo rápidamente (Fotografía cortesía de los Institutos Nacionales de Salud).
La incidencia de linfoma no Hodgkin (LNH) está aumentando en muchas regiones, por lo que se está convirtiendo en un problema de salud global para los próximos años.
La bacteria Coxiella burnetii causa la fiebre Q, que es una enfermedad infecciosa que se transmite principalmente a través de los excrementos del ganado, las ovejas y las cabras y la infección por los seres humanos, a partir de estos animales, se asocia con un mayor riesgo de linfoma.
Un gran equipo de científicos franceses encabezados por los de la Universidad de Aix-Marseille (Marsella, Francia) examinó a 1.468 pacientes tratados en el Centro de Referencia Nacional de Francia para la fiebre Q, entre 2004 y 2014. La fiebre Q aguda fue definida por la asociación de los síntomas clínicos (fiebre, hepatitis y/o neumonía) con los criterios serológicos de un título de inmunoglobulina G (IgG) fase II igual o superior a 200 y un título de IgM fase II igual o mayor que 50, la seroconversión al estudio con una reacción en cadena de polimerasa (PCR) positiva y no endocarditis.
Las muestras de biopsia fijadas con formole incluidas en parafina fueron analizadas por un hematopatólogo experto en todos los casos para confirmar el diagnóstico de linfoma. Se realizaron inmunofluorescencia (IF), hibridación fluorescente in situ (FISH) de ácido ribonucleico ribosomal16S (rARN) y FISH de ADN genómico, así como otras técnicas de diagnóstico. La cantidad de interleuquina-10 (IL-10) en los sueros se determinó usando inmunoensayos específicos (R & D Systems; Minneapolis, MN, EUA). La IL10 y los factores de necrosis tumoral (TNF) fueron medidos en los sobrenadantes de células mononucleares de sangre periférica (PBMC) no estimuladas y estimuladas con C. burnetii.
El equipo encontró, con base en su análisis, que los pacientes con fiebre Q eran 25 veces más propensos a desarrollar linfoma difuso de células B que los que no estaban infectados. Además, las probabilidades de linfoma en los pacientes con infecciones persistentes concentradas eran más altas que aquellas con otras formas de fiebre Q. Los investigadores observaron que los pacientes con fiebre Q que además tenían linfoma demostraron la sobreproducción de la vía anti-inflamatoria crítica IL-10, lo que sugiere que la supresión del sistema inmune puede haber permitido que las células del linfoma evadieran la detección inmune y se multiplicaran.
Didier Raoult, MD, PhD, autor principal del estudio, dijo: “A medida que continuemos aprendiendo más sobre la asociación entre C. burnetii y el linfoma, estos resultados deberían alentar a los médicos para examinar a los pacientes de alto riesgo tan pronto como sea posible buscando un cáncer potencial. En última instancia, este diagnóstico y el tratamiento temprano mejorarían los resultados para los pacientes con fiebre Q que posteriormente desarrollan linfoma, particularmente aquellos con células B no Hodgkin”. El estudio fue publicado el 13 de octubre de 2015, en la revista Blood.
Enlaces relacionados:
Aix-Marseille University
R&D Systems
La bacteria Coxiella burnetii causa la fiebre Q, que es una enfermedad infecciosa que se transmite principalmente a través de los excrementos del ganado, las ovejas y las cabras y la infección por los seres humanos, a partir de estos animales, se asocia con un mayor riesgo de linfoma.
Un gran equipo de científicos franceses encabezados por los de la Universidad de Aix-Marseille (Marsella, Francia) examinó a 1.468 pacientes tratados en el Centro de Referencia Nacional de Francia para la fiebre Q, entre 2004 y 2014. La fiebre Q aguda fue definida por la asociación de los síntomas clínicos (fiebre, hepatitis y/o neumonía) con los criterios serológicos de un título de inmunoglobulina G (IgG) fase II igual o superior a 200 y un título de IgM fase II igual o mayor que 50, la seroconversión al estudio con una reacción en cadena de polimerasa (PCR) positiva y no endocarditis.
Las muestras de biopsia fijadas con formole incluidas en parafina fueron analizadas por un hematopatólogo experto en todos los casos para confirmar el diagnóstico de linfoma. Se realizaron inmunofluorescencia (IF), hibridación fluorescente in situ (FISH) de ácido ribonucleico ribosomal16S (rARN) y FISH de ADN genómico, así como otras técnicas de diagnóstico. La cantidad de interleuquina-10 (IL-10) en los sueros se determinó usando inmunoensayos específicos (R & D Systems; Minneapolis, MN, EUA). La IL10 y los factores de necrosis tumoral (TNF) fueron medidos en los sobrenadantes de células mononucleares de sangre periférica (PBMC) no estimuladas y estimuladas con C. burnetii.
El equipo encontró, con base en su análisis, que los pacientes con fiebre Q eran 25 veces más propensos a desarrollar linfoma difuso de células B que los que no estaban infectados. Además, las probabilidades de linfoma en los pacientes con infecciones persistentes concentradas eran más altas que aquellas con otras formas de fiebre Q. Los investigadores observaron que los pacientes con fiebre Q que además tenían linfoma demostraron la sobreproducción de la vía anti-inflamatoria crítica IL-10, lo que sugiere que la supresión del sistema inmune puede haber permitido que las células del linfoma evadieran la detección inmune y se multiplicaran.
Didier Raoult, MD, PhD, autor principal del estudio, dijo: “A medida que continuemos aprendiendo más sobre la asociación entre C. burnetii y el linfoma, estos resultados deberían alentar a los médicos para examinar a los pacientes de alto riesgo tan pronto como sea posible buscando un cáncer potencial. En última instancia, este diagnóstico y el tratamiento temprano mejorarían los resultados para los pacientes con fiebre Q que posteriormente desarrollan linfoma, particularmente aquellos con células B no Hodgkin”. El estudio fue publicado el 13 de octubre de 2015, en la revista Blood.
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