Nueva prueba genética predice la obesidad infantil
Actualizado el 23 Jul 2025
La obesidad es un problema de salud global en rápido crecimiento, y la Federación Mundial de Obesidad proyecta que más de la mitad de la población mundial tendrá sobrepeso u obesidad para 2035. Las opciones de tratamiento actuales, como cambios en el estilo de vida, cirugía y medicamentos, no son universalmente efectivas ni accesibles. Además, identificar a las personas con alto riesgo lo suficientemente temprano como para prevenir la aparición de la obesidad sigue siendo un gran desafío. Las variaciones sutiles en nuestros genomas juegan un papel en el aumento de la susceptibilidad a la obesidad, especialmente a través de mecanismos como la regulación del apetito en el cerebro. La identificación temprana del riesgo genético antes de que se desarrollen los síntomas físicos podría ayudar a habilitar estrategias preventivas. Ahora, un nuevo enfoque genético ofrece la capacidad de identificar a los niños con alto riesgo de obesidad mucho antes de que su peso se vea afectado, lo que potencialmente abre la puerta a intervenciones más tempranas y efectivas.
Investigadores de la Universidad de Copenhague (Copenhague, Dinamarca) y la Universidad de Bristol (Bristol, Reino Unido) han desarrollado una nueva puntuación poligénica (PGS) para predecir el riesgo de obesidad. La PGS se creó utilizando los datos genéticos de más de cinco millones de personas, el conjunto de datos más grande y diverso de su tipo. La puntuación agrega los efectos de miles de variantes genéticas individuales vinculadas a la obesidad y calcula un valor de riesgo general para cada persona. Los investigadores probaron la PGS utilizando datos de más de 500.000 personas y exploraron su poder predictivo a través de la lente de los rasgos físicos y los perfiles genéticos. También examinaron cómo los indicadores de salud cardíaca como el IMC, el sexo y la hipertensión influyen en el riesgo. El trabajo se basa en las contribuciones de más de 600 científicos en 500 instituciones a nivel mundial, como parte de un esfuerzo más amplio para comprender los rasgos antropométricos como el IMC y la altura.

Se descubrió que la PGS era dos veces más efectiva que las mejores pruebas anteriores para predecir el riesgo de obesidad. También fue particularmente efectivo para identificar el riesgo genético en la primera infancia, incluso antes de los cinco años. Los hallazgos, publicados en Nature Medicine, muestran que las personas con puntajes de riesgo genético más altos respondieron con mayor fuerza a las intervenciones de pérdida de peso basadas en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, pero también tendieron a recuperar peso más rápidamente una vez que se detuvieron esas intervenciones. Sin embargo, sigue habiendo una limitación clave: la PGS fue significativamente más precisa en personas de ascendencia europea que en aquellas de ascendencia africana, a pesar del uso de un conjunto de datos genéticos más representativo a nivel mundial. En el futuro, los investigadores apuntan a refinar el modelo para mejorar su poder predictivo en poblaciones más diversas y continuar explorando su uso en estrategias de prevención temprana.
"Esta nueva puntuación poligénica supone una mejora drástica del poder predictivo y un gran avance en la predicción genética del riesgo de obesidad, lo que nos acerca mucho más a pruebas genéticas clínicamente útiles", afirmó la profesora Ruth Loos, autora principal del estudio.