Prueba de calprotectina predice riesgo de enfermedad cardíaca aterosclerótica
Actualizado el 17 May 2025
Nuevas evidencias destacan el papel crucial del sistema inmunitario en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA), una afección caracterizada por la acumulación gradual de depósitos de grasa, o placa, en las arterias. Esta placa estrecha los vasos sanguíneos, restringiendo el flujo sanguíneo al corazón y otros órganos, lo que aumenta el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares. Cuando el revestimiento arterial se daña y el colesterol se acumula, el sistema inmunitario se activa. Los neutrófilos, junto con otras células inmunitarias, se desplazan a la zona afectada. Si bien esta es una respuesta de defensa natural, la actividad excesiva de los neutrófilos y la inflamación asociada pueden acelerar la formación de placa y empeorar la progresión de la enfermedad. Estos procesos dañinos suelen ocurrir sin síntomas perceptibles durante años, lo que dificulta su detección temprana. Un desafío importante para la identificación temprana de la enfermedad es la falta de biomarcadores fiables para medir la actividad inmunitaria y la inflamación. Sin embargo, la calprotectina, un marcador crítico de la activación de los neutrófilos y la formación de trampas extracelulares de neutrófilos (TEN), que promueven la inflamación y la acumulación de placa, se muestra prometedora como posible biomarcador.
Ahora, investigadores de Michigan Medicine (Ann Arbor, MI, EUA) lideran un estudio que previamente exploró la utilidad de la calprotectina como biomarcador en trastornos inflamatorios como el síndrome antifosfolípido y la COVID-19. Esta es la primera vez que se investiga la calprotectina como un posible marcador para la población general. Dado el fuerte vínculo entre la activación de los neutrófilos y la ECVA, la calprotectina podría servir como una señal de alerta temprana para el riesgo de enfermedad cardiovascular. En un estudio colaborativo, los investigadores examinaron el papel de la calprotectina en la ECVA utilizando datos y muestras del Dallas Heart Study, un gran proyecto de investigación basado en la población. El estudio tuvo como objetivo explorar la conexión entre los niveles de calprotectina y la ECVA, evaluando específicamente si la calprotectina puede ayudar a predecir el riesgo futuro de enfermedad cardiovascular. Los hallazgos, publicados en JAMA Cardiology, confirmaron que los niveles elevados de calprotectina pueden predecir la ECVA futura, incluso entre personas que parecen sanas.
El estudio utilizó muestras de sangre de 2.412 personas del Dallas Heart Study, una cohorte diversa en la que dos tercios de los participantes son afroamericanos o hispanos. Durante los ocho años siguientes, 114 participantes desarrollaron una nueva ECVA. Quienes presentaban niveles más altos de calprotectina tenían mayor probabilidad de desarrollar cardiopatía, incluso después de ajustar por factores de riesgo comunes como la edad, el sexo, la raza, el peso, el tabaquismo, la presión arterial, la diabetes, el colesterol y la función renal. Además, las personas con niveles más altos de calprotectina presentaban niveles más altos de calcio en las arterias coronarias, lo que indica una acumulación temprana de placa en las arterias. Para investigar más a fondo el papel de la calprotectina en las cardiopatías, el equipo realizó experimentos de laboratorio que demostraron que la calprotectina afecta negativamente la salud de las células vasculares al reducir la producción de óxido nítrico, un factor importante para mantener la flexibilidad arterial. Esto probablemente contribuye a la cicatrización y el daño en las arterias coronarias. Estos resultados sugieren que la calprotectina podría actuar como una alerta temprana de cardiopatía, ayudando a identificar a las personas en riesgo mucho antes de que aparezcan los síntomas. Esta investigación puede conducir a mejores estrategias de detección temprana y prevención, ayudando potencialmente a más personas a evitar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
“Estos hallazgos destacan la calprotectina como una posible señal de alerta temprana de cardiopatía, mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas. Y, dado que la calprotectina parece dañar las células de los vasos sanguíneos, cabe preguntarse si podría eventualmente ser dirigida terapéuticamente”, afirmó el Dr. Ray Zuo, quien dirigió la investigación sobre el papel de la calprotectina en la ECVA. “Al comprender cómo la activación inmunitaria contribuye al daño arterial, esperamos abrir nuevas puertas para la detección temprana y mejores estrategias de prevención. En el futuro, la medición de los niveles de calprotectina podría ayudar a identificar a las personas en riesgo con mayor antelación, lo que permitiría intervenciones oportunas que, en última instancia, podrían salvar vidas”.
Enlaces relacionados:
Michigan Medicine