Concentración y localización de la sintafilina indican la severidad del cáncer de próstata

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 27 May 2019
Se ha identificado un biomarcador que puede permitir a los médicos predecir qué pacientes con indicios tempranos de cáncer de próstata probablemente desarrollarán la forma mucho más grave de enfermedad invasiva y metastásica.

Alrededor del 10% de los pacientes con cáncer de próstata desarrollan una enfermedad localmente invasiva y metastásica, con mayor gravedad, opciones limitadas de tratamiento y la probabilidad de muerte. Para estos individuos, se necesitan con urgencia biomarcadores de fácil acceso que puedan informar sobre el potencial metastásico del cáncer de próstata localizado.

Imagen: (A) Vista de bajo aumento del nódulo de cáncer con la masa del tumor central que consiste predominantemente del patrón cuatro de Gleason cribiforme invasivo. (B) Vista de bajo aumento del mismo nódulo de cáncer con un borde externo de coloración de sintafilina acentuada (SNPH). El frente invasivo se define como el borde externo de cada nódulo de cáncer que colinda con el estroma adyacente, tal como se describe en esta imagen como la zona entre las líneas discontinuas y las líneas continuas. Las flechas denotan coloración de SNPH acentuada en la interfaz tumor-estroma (Fotografía cortesía de la revista American Journal of Pathology).

Investigadores de la Universidad de Yale (New London, CT, EUA) se encuentran entre los que buscan dichos biomarcadores. En este sentido, mostraron que la sintafilina (SNPH), una molécula identificada originalmente como un regulador negativo de la dinámica mitocondrial en las neuronas, se expresó abundantemente en el cáncer de próstata. Se encontró que la distribución de SNPH en el cáncer de próstata es espacialmente bifásica, con una alta expresión en el frente invasivo, que se correlaciona con mayores tasas de proliferación y niveles reducidos en el volumen del tumor central, que disminuyeron aún más en los pacientes con metástasis a distancia.

Se observaron niveles más altos de SNPH con el aumento en el grado de Gleason. La mayoría de los cánceres tratables tienen puntuaciones de Gleason de cinco a siete, mientras que los tumores con puntuaciones de Gleason de ocho a diez tienden a ser neoplasias avanzadas que probablemente no se curarán.

Los investigadores también encontraron que los tumores de próstata expresaban predominantemente una isoforma extraneuronal, novedosa, de SNPH que se acumulaba en las mitocondrias y mantenía el metabolismo oxidativo y la proliferación de células tumorales. Por lo tanto, especularon que la SNPH podría ser un marcador novedoso de cáncer de próstata de grado Gleason alto, expresado diferencialmente en el frente invasivo en comparación con el volumen del tumor central, y que posiblemente estaba regulado en forma negativa en la forma metastásica de la enfermedad.

“Predecir el comportamiento agresivo en el cáncer de próstata es una necesidad completamente insatisfecha y muy necesaria. Actualmente no hay biomarcadores tisulares para ayudar a los médicos a identificar de manera confiable el subconjunto de pacientes con cáncer de próstata que progresarán a una enfermedad diseminada y potencialmente mortal, y que, por lo tanto, podrían aprovechar las terapias sistémicas antes o después de la prostatectomía. Si nuestros hallazgos son respaldados por estudios más amplios, la medición de SNPH en los tumores se podría convertir en un biomarcador predictivo”, dijo la autora principal, la Dra. Marie E. Robert, profesora de patología en la Universidad de Yale. “Este es el primer estudio que sugiere un papel clínico para la evaluación de SNPH en el pronóstico del cáncer de próstata, confirmando la evidencia reciente en modelos experimentales de su importancia en el cambio fenotípico entre estados tumorales proliferativos y metastáticos. Nuestros resultados también reafirman un papel crítico emergente de la influencia de la biología mitocondrial sobre el comportamiento del tumor”.

El estudio de la sintafilina se publicó en la edición digital del 9 de mayo de 2019 de la revista The American Journal of Pathology.


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Universidad de Yale


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