Reducir cribado con PSA puede retrasar tratamiento de cánceres de próstata de inicio temprano

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 23 Feb 2016
La recomendación en contra del cribado regular con el antígeno específico de próstata (PSA) para el cáncer de próstata (CaP) ha estado en vigor desde hace más de 2 años. El número de biopsias de próstata con aguja (PNB) se ha reducido y los pacientes a quienes les practican PNB son significativamente más propensos a ser diagnosticados con enfermedad de alto riesgo, lo que sugiere que los excesos de diagnóstico y los sobre-tratamientos pueden haberse reducido. Sin embargo, la detección del CaP de riesgo intermedio, potencialmente curable, probablemente también ha disminuido y existe la preocupación de que el diagnóstico de estos cánceres tratables se está retrasando, según un nuevo estudio, que comparó los resultados de los pacientes a quienes les practicaron una PNB antes y después de la recomendación de reducir el uso de la prueba de PSA.
 

Imagen: Una micrografía de un adenocarcinoma de próstata con invasión perineural, tipo convencional (acinar), la forma más común de cáncer de próstata. Biopsia de próstata, coloración con H&E (Fotografía cortesía de Nephron y Wikimedia).
Las muertes por CaP han disminuido en un 40% desde la aparición de la prueba de PSA (finales de 1980), y el 40% al 70% de esa disminución puede atribuirse a los programas de detección. Sin embargo, la radioterapia y la cirugía tienen impactos negativos en la calidad de vida. El beneficio incierto de la detección con PSA, junto con las complicaciones asociadas con el tratamiento, lideró al Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EUA (USPSTF) a concluir en octubre de 2011 que los daños de cribado con PSA superaban los beneficios, lo que llevó a su recomendación en contra del cribado regular.
 
“Los resultados de nuestro estudio apoyan el argumento de que la disminución de la prueba de PSA puede dar como resultado demoras en el diagnóstico, que pueden conducir a muertes evitables por cáncer”, dijo John M. Corman, MD, quien dirigió el estudio realizado por investigadores del Centro Médico Virginia Mason (Seattle, WA, EUA). “En comparación con los pacientes a quienes les practicaron PNB en los 30 meses anteriores a la recomendación de la USPSTF, a quienes les realizaron una PNB en los 30 meses después, tenían un riesgo relativo 33% mayor de ser diagnosticados con un CaP de alto riesgo. La reducción en el número de biopsias potencialmente innecesarias parece haber ocurrido a costa de la detección de un menor número de CaP de riesgo intermedio. Por lo tanto, la principal preocupación no es sólo el mayor riesgo de ser diagnosticados con enfermedad de alto riesgo, pero, más importante aún, la oportunidad perdida de poder ofrecer una intervención curativa para los pacientes con CaP de riesgo intermedio”.
 
“La importancia de este estudio no es sólo la evolución de las características de los pacientes y del tumor que se ven en la PNB, pero la rapidez con la que se produjeron cambios estadísticamente significativos tras la publicación de las recomendaciones de la USPSTF”, explicó el Dr. Corman. “El objetivo de los programas de detección del CaP es maximizar el beneficio de las herramientas de detección, tales como PSA y reducir al mínimo el daño asociado con los sobre-diagnósticos y los tratamiento excesivos. En lugar de relegar el PSA al olvido, la respuesta equilibrada se puede encontrar mejor en el uso más inteligente de las herramientas disponibles, la implementación de la toma de decisiones compartidas según la recomendación de la Sociedad Americana del Cáncer, y el desarrollo de técnicas de detección más eficaces”.
 
El estudio, realizado por Banerji JL, Wolff EM et al., fue publicado en la edición de enero de 2016 de la revista Journal of Urology.


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Virginia Mason Medical Center
 

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