Método sin biopsia transforma diagnóstico de enfermedad celíaca en adultos
Actualizado el 13 May 2025
En Estados Unidos, el diagnóstico de la enfermedad celíaca en adultos suele basarse en una combinación de pruebas serológicas y una biopsia confirmatoria del intestino delgado durante una endoscopia superior. Por el contrario, las directrices pediátricas europeas permiten el diagnóstico sin biopsia en niños con niveles elevados de anticuerpos contra la inmunoglobulina transglutaminasa tisular A (TTG-IgA) desde 2012, una estrategia reafirmada en su actualización de 2020. Ahora, los datos de un amplio estudio multicéntrico sugieren que un enfoque sin biopsia para el diagnóstico de la enfermedad celíaca podría ser aplicable en un grupo selecto de adultos estadounidenses con niveles muy elevados de TTG-IgA.
El estudio, realizado por investigadores de la Clínica Cleveland (Cleveland, OH, EUA), involucró a más de 11.000 pacientes adultos en seis centros de EUA y buscó determinar si la misma estrategia de diagnóstico no invasivo utilizada en las pautas pediátricas europeas podría aplicarse a los adultos. Este gran estudio observacional tuvo como objetivo evaluar si una estrategia sin biopsia, utilizando un umbral de TTG-IgA mayor de 10 veces el límite superior de la normalidad (LSN) —el mismo punto de corte utilizado en las pautas pediátricas europeas— podría identificar con precisión los casos recién diagnosticados de enfermedad celíaca en adultos. El estudio incluyó adultos (≥18 años) que se sometieron a una biopsia duodenal durante una esofagogastroduodenoscopia, con niveles de TTG-IgA medidos dentro de los tres meses anteriores o un mes posteriores al procedimiento. Se excluyeron las personas con diagnóstico previo de enfermedad celíaca, niveles totales de IgA por debajo del rango de referencia o aquellas que ya seguían una dieta sin gluten.
La enfermedad celíaca se definió histológicamente por la presencia de atrofia vellositaria. Se utilizaron análisis estadísticos, incluyendo el análisis de la curva ROC (curvas de rendimiento operativo del receptor), para evaluar el rendimiento diagnóstico. De los 11.282 pacientes adultos evaluados en los seis centros, la mayoría eran mujeres (7.739; 68,7 %) y blancos no hispanos (8.925; 81,2 %). Se observó una TTG-IgA anormal en 1.884 (16,7 %) de los participantes, y se encontró atrofia vellositaria en 1.800 (16,0 %). Los pacientes con valores más altos de TTG-IgA fueron más propensos a presentar atrofia vellositaria. La sensibilidad para cualquier TTG-IgA elevada fue del 73 % y la especificidad fue del 94 %. El valor predictivo positivo (VPP) fue del 71 % y el valor predictivo negativo (VPN) fue del 95 % para el diagnóstico de la enfermedad celíaca. La precisión de la prueba fue del 91 %, con una tasa de falsos positivos del 6 %. El área bajo la curva (AUC) de la curva ROC fue de 0,88 (IC del 95 %: 0,87-0,89).
Entre los participantes, 155 pacientes (8,2 %) tenían niveles de TTG-IgA superiores a 10 veces el límite superior de la normalidad. En este umbral, la prueba de TTG-IgA tuvo un excelente rendimiento, con una especificidad del 99,9 % y un VPP del 95,5 %. Un punto de corte de TTG-IgA >5x LSN también arrojó resultados sólidos, con una especificidad superior al 99 % y un VPP superior al 93 %. Cabe destacar que solo siete de los 155 pacientes con TTG-IgA >10x LSN no mostraron atrofia vellositaria en la biopsia. Estos pacientes tenían mayor probabilidad de tener antecedentes de otras enfermedades autoinmunes (p = 0,024). Si bien este amplio estudio multicéntrico proporciona información valiosa sobre el diagnóstico de la enfermedad celíaca sin biopsia, los investigadores enfatizaron la necesidad de una mayor investigación. Los niveles elevados de TTG-IgA superiores a 10 veces el LSN fueron altamente específicos de la enfermedad celíaca, aunque este umbral se aplicó a menos del 10 % de los adultos con enfermedad confirmada por biopsia y a aproximadamente el 1 % de todos los pacientes sometidos a evaluación en centros de atención terciaria.
Los investigadores subrayaron que la biopsia seguirá siendo necesaria para la mayoría de los pacientes adultos, especialmente aquellos seronegativos o con deficiencia de IgA. Un próximo paso clave será la realización de un estudio de cohorte prospectivo para evaluar con mayor profundidad la seguridad, la precisión y la aplicación práctica de umbrales altos de TTG-IgA en poblaciones adultas. El equipo también destacó la importancia de incluir una gama diversa de pacientes para garantizar que cualquier estrategia diagnóstica sea equitativa y eficaz. Este estudio contribuye al debate en curso sobre métodos de diagnóstico no invasivos y destaca una posible vía hacia una atención más personalizada en el futuro.
“Aún estamos en una fase en la que buscamos confirmar estos hallazgos”, afirmó la Dra. Claire Jansson-Knodell, quien dirigió la investigación. “Por eso es tan importante la validación prospectiva: es un trabajo apasionante, pero necesita un sólido respaldo antes de que pueda influir en la práctica clínica”.