Biosensores ópticos avanzados de lab-en-un-chip ofrecen pruebas rápidas eficientes de COVID-19 para los puntos de atención

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 13 Sep 2021
Según los investigadores, los biosensores ópticos avanzados de lab-en-un-chip pueden permitir un diagnóstico de la COVID-19 rápido y exacto en el punto de atención.

Investigadores de la Universidad de Texas en Austin (Austin, TX, EUA) y Omega Optics Inc. (Austin, TX, EUA), investigaron las oportunidades y desafíos en el desarrollo de técnicas rápidas para la detección de la COVID-19. Sin la perspectiva de inmunidad colectiva en el horizonte inmediato, la detección rápida de COVID-19 sigue siendo imperativa para ayudar a frenar la pandemia. Las pruebas en el lugar de atención que pueden proporcionar resultados inmediatos son una necesidad urgente.

Imagen: Una plataforma de detección óptica de muestras para un diagnóstico rápido de la COVID-19 (Fotografía cortesía de Asghari et al.)

Una de las soluciones más prometedoras para realizar pruebas rápidas y exactas es el uso de biosensores ópticos. Cuando un virión está presente en la superficie de un sensor óptico, su interacción con un haz de luz en el sensor afecta las propiedades de la luz, provocando un cambio medible en la señal de luz. Incluso con solo una dosis viral muy pequeña, el sistema puede detectar de manera confiable el coronavirus en tiempo real. Hay varias formas diferentes en las que esta interacción se puede utilizar y mejorar, como integrarla con mediciones de oscilaciones de plasma o incorporar grafeno en su proceso de fabricación.

Cada configuración potencial utiliza un mecanismo diferente para detectar el virus y tiene su propio conjunto de ventajas e inconvenientes, pero la conclusión principal sigue siendo la misma. Incluso con la amplia disponibilidad de vacunas, la pandemia no se puede superar sin desarrollar formas más rápidas de determinar la infección, en particular a medida que continúan surgiendo mutaciones y nuevas variantes del virus.

“Debido al aumento de casos que resultan de variantes más transmisibles en todo el mundo y la necesidad de prevenir y controlar casos y brotes cuando surgen, deberíamos utilizar pruebas rápidas más comúnmente para detectar y detener la propagación antes de alcanzar el pico de transmisión”, dijo Aref Asghari, uno de los investigadores. “En el caso de la COVID-19, la carga viral al inicio de la infección puede ser lo suficientemente baja como para no ser detectada por muchos métodos disponibles comercialmente. Por lo tanto, la detección viral, especialmente en la etapa inicial de la infección, puede ser muy desafiante”.

Enlace relacionado:
Universidad de Texas en Austin
Omega Optics Inc.


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