Controles positivos similares a los virus, especialmente estables, para los análisis para la COVID-19

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 07 Dec 2020
Los investigadores prepararon una nueva clase de materiales de control positivo para validar los ensayos moleculares que se han desarrollado para detectar y diagnosticar la infección por COVID-19.

Las pruebas de ácido nucleico, especialmente las de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR), se han convertido en los estándares para la detección temprana de la infección por COVID-19. Se han desarrollado controles positivos para los ensayos moleculares para validar cada prueba y proporcionar una alta exactitud. Sin embargo, la mayoría de los controles positivos disponibles requieren distribución en cadena de frío y no pueden servir como controles para procesos completos.

Imagen: Ilustración e imagen de microscopía electrónica de transmisión (TEM) del control positivo de SARS-CoV-2, elaborado a partir de nanopartículas basadas en virus vegetales (izquierda) y nanopartículas de bacteriófagos (derecha) (Fotografía cortesía de Soo Khim Chan/ACS Nano)

Para superar estas deficiencias, los investigadores de la Universidad de California, San Diego (EUA), desarrollaron controles positivos nuevos y mejorados. Los investigadores desarrollaron dos controles diferentes: uno elaborado a partir de nanopartículas de virus de plantas y el otro a partir de nanopartículas de bacteriófagos.

Los controles basados en virus de plantas se realizaron utilizando virus del moteado clorótico del fríjol. Los investigadores eliminaron el contenido de ARN del virus y lo reemplazaron con una plantilla de ARN sintetizada que contiene secuencias específicas del virus SARS-CoV-2.

Se utilizaron plásmidos (segmentos de ADN circular) para hacer los controles basados en bacteriófagos. Se cargaron en bacterias plásmidos que contenían secuencias de genes del virus SARS-CoV-2, así como genes que codificaban proteínas de la superficie del bacteriófago Qbeta. Luego, las bacterias generaron partículas similares a virus con secuencias de ARN del SARS-CoV-2 en el interior y proteínas del bacteriófago Qbeta en el exterior.

Los resultados revelaron que los materiales de control positivo se detectaron con exactitud en los ensayos moleculares de COVID-19. Los controles se mantuvieron estables y se pudieron almacenar durante una semana a temperaturas de hasta 40 grados Celsius, y conservaron el 70% de su actividad después de un mes de almacenamiento.

“Nuestro objetivo es generar un impacto no necesariamente en el hospital, donde existen instalaciones de vanguardia, sino en áreas de escasos recursos y con poco servicio, que pueden no tener la infraestructura sofisticada o el personal capacitado”, dijo la autora principal, la Dra. Nicole Steinmetz, profesora de nanoingeniería en la Universidad de California, San Diego. “Es un enfoque de nanotecnología relativamente simple para hacer que los ensayos de baja tecnología sean más exactos. Esto podría ayudar a derribar algunas de las barreras para las pruebas masivas de poblaciones desatendidas en los Estados Unidos y en todo el mundo”.

Los nuevos controles positivos para los análisis de COVID-19 se describieron en la edición en línea del 25 de noviembre de 2020 de la revista ACS Nano.

Enlace relacionado:
Universidad de California, San Diego


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