Detección temprana del tumor de ovario ayuda en desarrollo de prueba de cribado
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 23 Jul 2010
Cada año, el cáncer de ovario mata a casi 15.000 mujeres en los Estados Unidos solamente y menos de la mitad de las mujeres diagnosticadas con la enfermedad sobreviven cinco años. Una prueba de cribado que detecte el cáncer ovárico temprano, cuando aún es tratable, tendría el potencial de reducir la elevada mortalidad; sin embargo, los científicos no han sabido dónde se originan los tumores o a que parecen. Ahora, los investigadores creen haber resuelto los obstáculos. Actualizado el 23 Jul 2010
La nueva investigación, publicada el 26 de abril de 2010, en la revista PLoS ONE, reveló que los investigadores del Centro de Cáncer Fox Chase (Filadelfia, PA, EUA) han descubierto tumores tempranos y lesiones precancerosas en los quistes que se pliegan en el ovario desde su superficie, llamados quistes de inclusión. "Este es el primer estudio que da una evidencia muy fuerte de que un número sustancial de cánceres de ovario se originan en los quistes de inclusión y que efectivamente existe una lesión precursora que se puede ver, tocar, y a la que se le puede dar un nombre”, declaró Jeff Boyd, Ph.D., director científico del Fox Chase y autor principal del estudio, en el que también participaron sus colegas en el Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering (Nueva York, NY, EUA). "El cáncer de ovario parece originarse la mayor parte del tiempo en simples quistes de inclusión del ovario, en lugar del epitelio superficial”.
Los médicos e investigadores han estado buscando los tumores tempranos de ovario y las lesiones precancerosas, de las que se desarrollan, desde hace años sin éxito. En este estudio, el Dr. Boyd y sus colegas usaron una combinación de microscopía convencional y métodos moleculares para revelar el cáncer en etapas tempranas.
"Los estudios anteriores sólo observaban esto a nivel morfológico, mirando un trozo de tejido bajo un microscopio”, dijo el Dr. Boyd. "Hicimos esto, pero también disecamos las células de los ovarios normales y de los cánceres en fase inicial, y les hicimos análisis genéticos. Demostramos que se podía seguir la progresión de las células normales a la lesión precursora, que llamamos displasia, hasta el cáncer real, y verlas una junto a la otra dentro de un quiste de inclusión”.
Para saber dónde y cómo surgen los tumores, el equipo examinó ovarios extirpados de las mujeres con mutaciones BRCA, que tienen un riesgo de por vida del 40% de desarrollar cáncer de ovario, y de las mujeres sin factores conocidos de riesgo genético. En ambos grupos, los investigadores descubrieron que los patrones de expresión génica son considerablemente diferentes en las células en los quistes de inclusión en comparación con las células del epitelio normal de superficie, incluyendo un aumento en la expresión de los genes que controlan la división celular y el movimiento de los cromosomas.
Por otra parte, cuando los investigadores utilizaron una técnica llamada hibridación fluorescente in situ (FISH), que puede ser utilizada para identificar los cromosomas en las células individuales, se dieron cuenta de que las células de tumores muy tempranos y las lesiones precursoras, con frecuencia, tenían cromosomas adicionales. De hecho, el equipo encontró que el 9% de las células normales aisladas de los quistes tenían cromosomas adicionales, a pesar de que el tejido se vio completamente benigno bajo el microscopio. Por el contrario, prácticamente ninguna de las células aisladas de la superficie del ovario, que se creía que era el lugar de los cánceres de ovario, tenían cromosomas adicionales.
Con estos datos nuevos sobre el origen del cáncer, el Dr. Boyd y otros, pueden empezar ahora a desarrollar pruebas de cribado, tal vez basadas en imagenología molecular, la cual podría ser usada para detectar los cánceres de ovario tempranos en mujeres asintomáticas.
Enlaces relacionados:
Fox Chase Cancer Center
Memorial Sloan-Kettering Cancer Center