Se desarrolla una prueba de tau en sangre para la enfermedad de Alzheimer

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 24 Dec 2018
En la actualidad, la única forma de diagnosticar definitivamente la enfermedad de Alzheimer en vida es mediante escáneres cerebrales y pruebas de líquido cefalorraquídeo que deben recogerse mediante punción lumbar. Aunque engorrosas y caras, tales pruebas proporcionan los diagnósticos más exactos para los pacientes.

La proteína tau ha estado implicada durante mucho tiempo en la enfermedad de Alzheimer; sin embargo, tau se presenta como una familia de moléculas relacionadas, que tienen propiedades sutilmente diferentes. Los científicos han aprovechado la complejidad de tau y han desarrollado ensayos para medir diferentes formas de tau y pudieron identificar un subconjunto de proteínas tau, que están específicamente elevadas en la enfermedad de Alzheimer.

Imagen: Un corte del hipocampo de un paciente con enfermedad de Alzheimer coloreado con un anticuerpo anti tau (TNT1). Observe la tríada clásica de las patologías tau en la EA, 1) ovillos neurofibrilares (puntas de flecha), 2) hilos de neuropil (flechas) y 3) una placa neurítica (asterisco) (Fotografía cortesía de la Universidad Estatal de Michigan).

Un equipo de científicos que trabajaron con los del Hospital Brigham and Women's (Boston, MA, EUA) desarrollaron un conjunto de inmunoensayos para medir la proteína tau en muestras de humanos diagnosticados con base en los mejores criterios actuales de biomarcadores y clínicos y de líquido cefalorraquídeo (LCR). Las pruebas desarrolladas fueron capaces de detectar diferentes poblaciones de fragmentos de tau en el líquido cefalorraquídeo y en la sangre. Aplicaron estas pruebas a los participantes que habían sido reclutados para el Estudio del Cerebro en Envejecimiento de Harvard, así como a los participantes vistos en el Instituto de Neurología de Londres. Cada participante donó plasma y líquido cefalorraquídeo. Los científicos validaron los resultados en un segundo grupo de pacientes que habían sido reclutados.

El equipo analizó cinco pruebas diferentes para los fragmentos de tau, encontrando que una, conocida como la prueba N-terminal (NT1), mostró suficiente sensibilidad diagnóstica (la capacidad de predecir casos de EA) y especificidad (la capacidad de excluir controles) para continuar su uso como una herramienta de detección potencial para la enfermedad de Alzheimer. Esto fue confirmado en ambos grupos de pacientes. En el LCR, predominó la tau de la región media y N-terminal y se elevó en la enfermedad. En plasma, un ensayo de NT1 detectó niveles elevados de tau en la EA y en el deterioro cognitivo leve (DCL). Las mediciones de NT1 en plasma separaron los controles de EA-DCL y de EA en una cohorte de descubrimiento y en una cohorte de validación.

Aunque realizar los estudios, dos veces, en dos grupos de pacientes con dos antecedentes demográficos diferentes, proporcionaron una confirmación importante, los autores notaron que ambos grupos de participantes eran pequeños (65 participantes y 86 participantes, respectivamente). Los autores concluyeron que las formas de tau en el LCR y en el plasma son distintas, pero en cada tipo de muestra, los niveles de ciertos fragmentos aumentan en la EA. La medición de la tau plasmática NT1 debe seguirse estudiando agresivamente como una posible prueba de detección basada en sangre para la EA/EA-DCL.

Dominic M. Walsh, PhD, profesor de neurología y autor del estudio correspondiente, dijo: “Se podría administrar una prueba de sangre para detectar la enfermedad de Alzheimer de manera fácil y repetida, y los pacientes podrían acudir a un consultorio de atención primaria en lugar de tener que ir a un hospital. En última instancia, una prueba a base de sangre podría reemplazar la prueba de líquido cefalorraquídeo y/o imágenes del cerebro. Nuestra nueva prueba tiene el potencial para hacer precisamente eso. Nuestra prueba necesitará una validación adicional en muchas más personas, pero si se realiza como en las dos cohortes iniciales, sería un avance transformador”. El estudio se publicó el 9 de noviembre de 2018 en la revista Alzheimer's & Dementia.

Enlace relacionado:
Hospital Brigham and Women's


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