Análisis de vitamina D para diagnosticar trastorno bipolar en pediatría
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 08 May 2018
Los principales trastornos del estado de ánimo (MMD), específicamente el trastorno bipolar (TB) y el trastorno depresivo mayor (TDM), son algunos de los problemas de salud más prevalentes, aunque poco diagnosticados en niños y adolescentes. En todo el mundo entre los adolescentes, los MDD y el TB son la primera y la cuarta condición más incapacitante, respectivamente.Actualizado el 08 May 2018
Una prueba de sangre puede tener el potencial de acelerar el diagnóstico exacto y el tratamiento adecuado del trastorno bipolar en los niños. Se ha informado que los niños con trastorno bipolar tienen niveles sanguíneos más altos de una proteína asociada con la vitamina D en comparación con los niños sin trastornos del estado de ánimo. Una prueba de sangre para confirmar el trastorno bipolar podría mejorar la atención y reducir el tiempo promedio actual de retraso de 10 años entre el inicio y el diagnóstico.
Científicos de la Universidad Estatal de Ohio (Columbus, OH, EUA) recolectaron muestras de plasma de 36 participantes en un estudio, que se agruparon en tres categorías: 13 controles no relacionados con el estado de ánimo, 12 con trastorno bipolar (TB) y 11 con trastornos importantes del estado de ánimo (MDD). Se midieron y analizaron las concentraciones de citoquinas inflamatorias, interleuquina-6 (IL-6), autoanticuerpos contra lipoproteínas de baja densidad oxidadas (oxLDL) y de vitamina D en suero, así como del factor nuclear sérico potenciador de cadenas livianas kappa de actividad de células B (NFκB) junto con las características metabólicas (índice de masa corporal (IMC)).
El análisis de vitamina D (25-hidroxicalciferol y 25-hidroxyergocalciferol) en suero se realizó mediante cromatografía líquida de alta eficiencia (HPLC) acoplada con la detección por espectrometría de masas (EM). El potencial de activación acumulativo de NFκB del plasma se midió usando el ensayo de biosensor de proteína fluorescente verde NF-κB en un lector de microplacas híbrido Synergy H1 Multi-Modal (BioTek, Winooski, VT, EUA). Las concentraciones séricas de IL-6 se determinaron usando el ensayo Immulite 1000 IL-6 (Siemens Healthcare Diagnostics, Deerfield, IL, EUA). Se midieron autoanticuerpos de IgG humana contra las lipoproteínas de baja densidad oxidadas (oxLDL) en suero usando un kit ELISA Anti- LDL oxidado (oLAB) (Biomedica, Viena, Austria).
Para identificar los biomarcadores posibles, el equipo desarrolló un método de cribado de inmunoprecipitación-secuenciación, basado en el factor de maduración beta de la glía cerebral inflamatoria (GMFβ). Descubrieron que un homólogo de GMFβ en plasma humano es la proteína de unión a la vitamina D (DBP) y validaron este hallazgo usando inmunoprecipitación con anticuerpos anti-DBP y análisis de espectrometría de masas/secuenciación. Cuantificaron los niveles de DBP en los participantes por western blot. Los niveles de DBP en los participantes con TB eran significativamente más altos que en los participantes sin MMD. La DBP medida por ELISA monoclonal tampoco mostró correlación con la concentración de vitamina D en el suero en los individuos control no relacionados con el estado de ánimo. Sin embargo, en los participantes con MDD, pero no en los participantes con TB, los niveles de DBP reconocidos por un ELISA policlonal se asociaron inversamente con los niveles de vitamina D.
Los autores concluyeron que la DBP es prometedora como un biomarcador de diagnóstico que cambia en respuesta a todos los principales factores que contribuyen a la patogénesis del TB, y puede arrojar luz sobre los mecanismos fisiopatológicos de los TB. Barbara L. Gracious, MD, profesora asociada de psiquiatría clínica y nutrición y coautora principal del estudio, dijo: “El trastorno bipolar infantil puede ser muy difícil de diferenciar de otros trastornos, especialmente en los jóvenes con ciertos tipos de depresión. El diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado alivian el sufrimiento del niño y de la familia y pueden reducir el riesgo de suicidio”. El estudio fue publicado el 13 de marzo de 2018 en la revista Translational Psychiatry.