Estudian grupos de mujeres de alto riesgo para la enfermedad de Fabry
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 11 Aug 2014
Aunque la medición de la α-galactosidasa A lisosomal (α-GAL) en las mujeres no es exacta para el diagnóstico de la enfermedad de Fabry (EF), determinar el intervalo de la actividad enzimática presentada por las mujeres heterocigotas podría convertirse en una herramienta valiosa para minimizar la carga de estudiar, mediante secuenciación de ADN, a todos los portadores potenciales.Actualizado el 11 Aug 2014
Esta estrategia disminuiría el número total de reacciones de secuenciación y, por consiguiente reduciría, en gran medida, los costos y el tiempo necesarios para el diagnóstico, especialmente en aquellos centros sin tecnologías de alto rendimiento, y la estrategia puede ser implementada mediante la creación de un intervalo para la actividad de la enzima en muestras de sangre seca (DBS), plasma y leucocitos que sugieren el estado de portador de EF.
Los genetistas de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (Porto Alegre, Brasil) analizaron muestras de sangre de 453 pacientes de sexo femenino con sospecha clínica de enfermedad de Fabry. Se extrajo el ADN genómico de muestras de sangre total para realizar genotipificación y reacción en cadena de la polimerasa en un termociclador Veriti (Applied Biosystems, Foster City, CA, EUA) y la secuenciación se realizó en un analizador genético ABI3500 de Applied Biosystems. Los resultados de las actividades de α-GAL en 377 muestras de DBS y/o 93 de plasma y/o 88 leucocitos fueron obtenidas de las historias clínicas de laboratorio de las pacientes.
De las 453 muestras secuenciadas, 54 eran heterocigotas para mutaciones patógenas en la galactosidasa alfa (GLA). Se encontraron trece mutaciones patógenas descritas anteriormente; la mayoría de ellas, en más de un paciente. Todos las pacientes portadoras de mutaciones patógenas fueron llamados “heterocigotas” y las que no portaban las mutaciones fueron nombradas como “controles”. La actividad media de α-GAL en muestras de sangre seca fue de 3,7 ± 3,2 nmol/h/mL en los heterocigotos y 6,2 ± 3,5 nmol/h/mL en los controles. Los promedios de los heterocigotos en los leucocitos y el plasma fueron 23.9 ± 11.6 nmol/h/mg de proteína y 4,5 ± 2,5 nmol/h/mL y los valores de los controles fueron 41,6 ± 13,1/h/mg de proteína y 11,1 nmol ± 5,4 nmol/h/mL, respectivamente.
Las actividades en plasma y leucocitos presentaron un área alta bajo la curva (ABC) en el análisis de curvas de características operador receptor (ROC), ambas por encima del 84%. Cuando se alteraron los puntos de corte para identificar a todos los portadores, la especificidad en leucocitos era 35,2% mayor que la del plasma en 27,6%. Se encontraron coeficientes de correlación de concordancia moderados entre ellos, lo que refuerza la necesidad de utilizar los dos datos combinados.
Los autores llegaron a la conclusión de que el método combinado que comprende las actividades en plasma y leucocitos de la α-GAL, con puntos de corte diferentes para hombres y mujeres, podría representar una herramienta más exacta, más rápida y menos costosa para examinar a las mujeres para la EF en grupos de alto riesgo en los países con ingresos medianos y bajos. La enfermedad de Fabry (EF) es un error raro, innato, ligado al cromosoma X del metabolismo causado por la actividad deficiente de α-galactosidasa A lisosomal (α-GAL). Debido a la inactivación al azar de X, la actividad de α-GAL en las mujeres heterocigotas varía desde muy baja a la superposición de los valores normales. El estudio fue publicado en la edición de mayo 2014 de la revista Clinical Biochemistry.
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Universidade Federal do Rio Grande do Sul
Applied Biosystems