Pruebas hepáticas anormales con riesgo de mortalidad en ancianos

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 26 Sep 2011
Los niveles anormales en la sangre de la aspartato aminotransferasa (AST), la fosfatasa alcalina (ALP) y la bilirrubina se asocian con el aumento de las tasas de mortalidad en ancianos.

En las personas mayores de 75 años, aproximadamente el 17% tienen probabilidad de tener anormal una de las pruebas hepáticas y las que tienen dos o más, tienen el doble de probabilidades de morir de cáncer y 17 veces más probabilidades de morir de enfermedad hepática.

Los científicos de la Universidad de Nottingham (Nottingham, Reino Unido) realizaron un estudio de cohortes en 13.276 personas de 75 años y más, registrados en las consultas de medicina general, con una medida válida de una prueba o más, calculando la prevalencia de alteraciones en la AST, la fosfatasa alcalina o la bilirrubina. Se calculó la relación de riesgo (RR) para la mortalidad por todas las causas y por causas específicas entre los pacientes de edad avanzada con pruebas hepáticas anormales con los pacientes ancianos con pruebas de función hepática normal. Las cohortes fueron seguidas durante siete años.

En general, el 16,1% de los participantes con una o más mediciones válidas tenían al menos una prueba hepática anormal. La prueba anormal del hígado más frecuente en esta población fue la ALP ya que el 9,2% de los participantes tenían un resultado por encima del límite superior de lo normal. Sólo el 5,4% de las personas tenía una prueba anormal de bilirrubina, mientras que una proporción aún menor tuvo un resultado anormal de AST. La mayoría de los individuos con una medición anormal tuvieron un resultado menor o igual a dos veces el límite superior de lo normal: 86,2% para AST, el 90,0% para ALP y 93,8% para la bilirrubina. Las pruebas hepáticas anormales son comunes en personas de edad avanzada, pero se asocian únicamente con un modesto aumento en las muertes por todas las causas.

Los pacientes con niveles elevados de AST solían ser más jóvenes y no había una asociación con el consumo de alcohol de más de siete unidades en la semana anterior. Los pacientes con elevación en la fosfatasa alcalina tendían a ser mayores y reportaban un consumo menor de alcohol. La AST anormal se asoció con un riesgo siete veces mayor de muerte por enfermedad en el hígado y un aumento del 56% en el riesgo de cáncer, mientras que la ALP anormal se asoció con un riesgo casi seis veces mayor de muerte por enfermedad hepática. Los pacientes que tenían dos o más pruebas hepáticas elevadas enfrentan un riesgo 54% mayor de mortalidad por cualquier causa y el riesgo de morir por cáncer se duplicó. Tenían 17 veces más probabilidades de morir de una enfermedad hepática que los pacientes sin pruebas de función hepática anormales.

Kate Fleming, PhD, autora principal del estudio, dijo: “Actualmente no hay evidencia de que una sola medición anormal y aislada de AST, fosfatasa alcalina o la bilirrubina conduce a un aumento enorme en las tasas de mortalidad. Dado esto, la práctica clínica actual de sólo referir e investigar activamente a los pacientes con anomalías múltiples o persistentes, debe continuar. Las personas mayores representan un grupo cada vez mayor de usuarios de la atención sanitaria en el Reino Unido, y esperamos que esta investigación proporcione información útil en un área que ya ha sufrido por la falta de investigación”. El estudio fue publicado en agosto de 2011 en la revista Alimentary Pharmacology and Therapeutics.

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University of Nottingham




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