Nuevos criterios diagnósticos del cáncer de mama podrían llevar a menos biopsias benignas
Actualizado el 26 Jul 2025
Las calcificaciones densas son muy comunes en el tejido mamario y se observan fácilmente en las mamografías, que los médicos utilizan para clasificarlas como benignas, probablemente benignas o sospechosas. Sin embargo, la mayoría de las biopsias de áreas consideradas sospechosas resultan benignas, lo que significa que las pacientes a menudo se someten a procedimientos innecesarios y dolorosos. El desafío radica en distinguir la enfermedad mamaria benigna (EMB) del carcinoma ductal in situ (CDIS), ya que sus depósitos de fosfato de calcio suelen aparecer idénticos en las imágenes. La incapacidad de establecer distinciones precisas ha llevado al sobrediagnóstico y al sobretratamiento. Ahora, un nuevo estudio ha proporcionado descripciones detalladas de cómo se forman las calcificaciones en el tejido mamario, revelando diferencias clave entre las formaciones benignas y cancerosas y ofreciendo información que podría guiar la mejora de los criterios diagnósticos.
En el estudio, investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Urbana, IL, EUA) y de la Clínica Mayo (Rochester, MN, EUA) emplearon 12 técnicas analíticas diferentes, incluyendo microscopía óptica, láser y electrónica, así como espectroscopía de rayos X y Raman, para examinar muestras de tejido de EMB y CDIS extirpadas quirúrgicamente en un estudio a largo plazo de la Clínica Mayo. Su enfoque integró la experiencia en geología, biología del cáncer y microscopía, creando un marco multidisciplinario denominado "GeoBioMed". Esta estrategia holística permitió a los investigadores descubrir las características minerales de las calcificaciones que los métodos tradicionales habían pasado por alto.

El estudio descubrió que los depósitos estaban compuestos de fosfato de calcio amorfo (FCA), no de la hidroxiapatita cristalina que se suponía anteriormente. Estas estructuras de FCA se formaron mediante un proceso de coalescencia de esférulas en nódulos, que luego incorporaron proteínas, ceras, colesterol e incluso células sepultadas. Los nódulos EMB eran más esféricos y tenían capas concéntricas, mientras que las calcificaciones cancerosas eran más alargadas, irregulares y, en algunos casos, se parecían a la fosilización. Publicada en Scientific Reports, la investigación introduce un nuevo esquema de clasificación y sugiere que los fármacos que se sabe que disuelven el FCA podrían reutilizarse para el tratamiento, lo que podría evitar biopsias innecesarias. El equipo ahora planea estudiar las calcificaciones en el cáncer de mama invasivo y explorar las pruebas terapéuticas utilizando su dispositivo microfluídico experimental GeoBioCell.
“Nuestro objetivo es predecir y, en última instancia, prevenir las calcificaciones mamarias, reducir los diagnósticos mamográficos inexactos y sentar las bases para el desarrollo de terapias”, afirmó el profesor Bruce Fouke de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
Enlaces relacionados:
Universidad de Illinois Urbana-Champaign
Clínica Mayo