Combinación de técnicas de laboratorio proporciona conocimientos más profundos sobre tumores cerebrales mortales
Actualizado el 15 May 2025
El glioblastoma (GBM) es un cáncer cerebral primario altamente agresivo que actualmente cuenta con tratamientos efectivos limitados. Las biopsias estereotácticas con aguja se emplean comúnmente para el diagnóstico; sin embargo, su uso es restringido, ya que los médicos suelen limitar la recolección de pequeñas muestras tumorales debido a la naturaleza invasiva del procedimiento, que requiere sedación con anestesia. Las muestras tumorales generalmente se obtienen al inicio del tratamiento y, ocasionalmente, al final. En un estudio pionero, un equipo de investigadores ha demostrado que los médicos pueden recopilar información extensa sobre el cáncer de un paciente mediante la aplicación de diversas técnicas de laboratorio para analizar el tejido tumoral obtenido de biopsias con aguja de glioblastoma. Este trabajo, publicado en Nature Communications, también podría tener implicaciones significativas para el diagnóstico y el estudio de otros tipos de cáncer.
En el estudio, médicos del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins (Baltimore, MD, EUA) y de otras cuatro instituciones inyectaron directamente en el tumor un virus diseñado para atacar y destruir células de glioblastoma. Durante el mismo procedimiento, los cirujanos recolectaron muestras de tejido tumoral, que posteriormente se analizaron mediante diversas técnicas avanzadas de laboratorio, como la secuenciación de ARN unicelular, la transcriptómica, la metabolómica, la proteómica y el perfil inmunitario. Estas técnicas permitieron a los investigadores demostrar que incluso pequeñas muestras de tejido tumoral podían proporcionar información valiosa sobre las características biológicas, las interacciones inmunitarias y las vías moleculares del tumor. Además, el estudio descubrió que el tejido podía injertarse en un modelo murino para su posterior examen y análisis.

“Este es un concepto que va más allá de los cánceres cerebrales”, afirmó el coautor del estudio, el Dr. Chetan Bettegowda, Ph.D. “Siempre que se realizan biopsias con aguja, basta con estudiar si el tejido es canceroso, de qué tipo es y quizás una caracterización molecular muy simple. Esto moderniza el análisis de tejidos. Históricamente, los oncólogos no han repetido las biopsias porque nos preguntábamos: '¿Qué vamos a obtener que no sepamos ya del diagnóstico original?'. Resulta que hay mucho que aprender”.
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Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins