Menos frecuencia para cribado de cáncer de cuello uterino

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 22 Dec 2016
Se requiere un examen menos intensivo para las mujeres que han sido vacunadas contra el virus del papiloma humano (VPH), el organismo que causa casi todos los casos de cáncer de cuello uterino, ya que el riesgo de que estas mujeres desarrollen este tipo de cáncer es bastante bajo.
 

Imagen: Una preparación de un frotis de Pap delgado con un grupo de células de cuello uterino normales en izquierda y las células infectadas, por el VPH, mostrando características típicas de los coilocitos: núcleos agrandados e hipercromasia (Fotografía cortesía de Ed Uthman, MD).
Desde 2012, las principales organizaciones que hacen las directrices han recomendado que todas las mujeres en los Estados Unidos sean examinadas para el cáncer de cuello uterino, cada tres años, a partir de los 21 años, con una prueba de Papanicolaou (citología de cuello uterino), que busca determinar la presencia de células anormales en el cuello uterino, con la opción de pasar a una combinación de la prueba de Papanicolaou y de VPH (un procedimiento conocido como “co-análisis”), cada cinco años a partir de los 30 años.
 
Los científicos de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvard (Boston, MA, EUA) desarrollaron un modelo de simulación de enfermedades para calcular los riesgos y beneficios de varios protocolos de cribado. Su modelo proyectó los efectos sanitarios y económicos de tres tipos diferentes de vacunas contra el VPH que están aprobadas, actualmente, para uso, dos de las cuales, están disponibles desde 2006. El objetivo era determinar las estrategias de cribado que proporcionaran el mayor beneficio para la salud de la manera más rentable. Se realizó un análisis de costo-efectividad, desde la perspectiva de la sociedad, para identificar las estrategias de cribado que se consideraran de buena relación calidad-precio, según los umbrales de 50.000 dólares a 200.000 dólares por año de vida ajustado por calidad, QALY ganado.
 
El equipo encontró que, entre las mujeres vacunadas con la vacuna bivalente o tetravalente, las estrategias óptimas de detección implicaban la citología o la prueba del VPH, cada cinco años a partir de los 25 o 30 años, con índices de rentabilidad que oscilaban entre 34.680 dólares y 138.560 dólares por QALY ganado. El cribado con anterioridad o más frecuente no era rentable o se asociaba con tasas de rentabilidad excesivamente altas. En las mujeres vacunadas con la vacuna nonavalente, sólo la prueba primaria para el VPH, era eficiente, con una disminución de la frecuencia (es decir, cada 10 años) a partir de los 35 años de edad; con una eficacia de la vacuna nonavalente menor, las pruebas de VPH, cada 10 años comenzando en edades anteriores de 25 o 30 años, era óptimo. Es importante destacar, que las directrices actuales en los EUA para el cribado, eran ineficientes en las mujeres vacunadas contra el VPH.
 
Jane J. Kim, PhD, una profesora y autora principal del estudio, dijo: “Este análisis nos permitió examinar lo que pasaría si nos cambiamos de la forma actual de detección de cáncer de cuello uterino - esencialmente, recomendando el mismo tipo de cribado para todas las mujeres - a un cribado que tenga en cuenta, si las mujeres han sido vacunadas contra el VPH y, por lo tanto, se enfrentan a un riesgo sustancialmente menor de cáncer de cuello uterino. Descubrimos que continuar el cribado intensivo, entre las mujeres vacunadas contra el VPH, produce costos excesivos y daños con poco o ningún beneficio para la salud”. El estudio fue publicado el 17 de octubre de 2016, en la revista Journal of the National Cancer Institute.

Enlace relacionado:
 
Harvard T.H. Chan School of Public Health
 


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