Monitorización con espectrometría de masas predice e identifica recaída temprana del mieloma
Actualizado el 01 May 2025
El mieloma, un tipo de cáncer que afecta la médula ósea, es actualmente incurable, aunque muchos pacientes pueden vivir más de 10 años tras el diagnóstico. Sin embargo, aproximadamente 1 de cada 5 personas con mieloma presenta una forma de alto riesgo de la enfermedad, que se caracteriza por una recaída temprana tras el tratamiento inicial. Esto conlleva una supervivencia más corta, típicamente de tan solo 2 a 3 años. Un reto clave para los médicos es predecir cuándo se producirá la recaída para que los pacientes puedan recibir tratamiento con terapias alternativas eficaces antes de que la enfermedad avance. Actualmente, un equipo de investigación está evaluando una nueva técnica de monitorización basada en espectrometría de masas para determinar su capacidad para predecir e identificar recaídas tempranas de la enfermedad.
La introducción de terapias más efectivas en las últimas dos décadas ha mejorado significativamente las tasas de supervivencia de los pacientes con mieloma. La generación más reciente de fármacos para el mieloma incluye anticuerpos monoclonales terapéuticos (t-mAb), que han demostrado una eficacia notable. Sin embargo, estos fármacos pueden interferir con los métodos electroforéticos tradicionales utilizados para medir la inmunoglobulina monoclonal (M-Ig) del paciente, lo que dificulta su monitorización. Por lo tanto, se necesitan métodos de laboratorio alternativos que aborden las limitaciones de estos enfoques convencionales. Los Hospitales Universitarios de Oxford (Oxford, Reino Unido), en colaboración con otras instituciones, lideran la investigación de un nuevo método de monitorización conocido como espectrometría de masas por inmunoprecipitación cuantitativa (QIP-MS). El equipo de investigación evaluará si la QIP-MS puede predecir y detectar la recaída antes que los métodos actuales en pacientes con mieloma de alto riesgo que participan en el ensayo Myeloma XV RADAR. Este ensayo consiste en analizar muestras de médula ósea para determinar los tratamientos más eficaces para el mieloma y tiene como objetivo medir pequeñas cantidades de células de mieloma, conocidas como enfermedad mínima residual (EMR), que pueden persistir después del tratamiento inicial.

Investigaciones previas han demostrado que la QIP-MS es clínicamente útil como herramienta de cribado de primera línea para investigar la gammapatía monoclonal, ofreciendo mayor sensibilidad y resolución que los métodos estándar actualmente en uso. La electroforesis de proteínas séricas o urinarias (SPEP o UPEP) y la electroforesis de inmunofijación (SIFE o UIFE) se utilizan comúnmente para detectar proteínas M en pacientes con mieloma múltiple. Sin embargo, la SPEP y la SIFE no son lo suficientemente sensibles para detectar niveles bajos de proteínas M, que aún pueden ser clínicamente significativos. La QIP-MS, por otro lado, permite la identificación de proteínas M en pacientes con mieloma múltiple que, por lo demás, están en remisión completa, y podría ser ideal para evaluar la EMR en sangre periférica. Una ventaja significativa de la QIP-MS es que utiliza muestras de sangre en lugar de médula ósea, lo que, de demostrarse como más sensible, reduciría la necesidad de procedimientos dolorosos durante el monitoreo regular de los pacientes.