Hipopotasemia se asocia con la severidad de la COVID-19
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 30 Sep 2020
Los primeros estudios informaron varias anomalías electrolíticas al ingreso en pacientes que luego presentaron la forma grave de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). El desequilibrio electrolítico no solo puede afectar el cuidado de los pacientes, sino que también puede proporcionar información sobre la fisiopatología de la COVID-19.Actualizado el 30 Sep 2020
La hipopotasemia es un nivel bajo de potasio (K+) en el suero sanguíneo. El nivel bajo de potasio leve no suele causar síntomas. Los síntomas pueden incluir cansancio, calambres en las piernas, debilidad y estreñimiento. Los niveles bajos de potasio también aumentan el riesgo de un ritmo cardíaco anormal, que a menudo es demasiado lento y puede causar un paro cardíaco.
Los científicos médicos del Hospital General Universitario de Alicante (Alicante, España) llevaron a cabo un estudio de cohorte retrospectivo de 306 pacientes con neumonía COVID-19, hospitalizados en un centro académico de España. El período de estudio fue desde el 3 de marzo hasta el 2 de mayo de 2020. El diagnóstico de COVID-19 requirió una prueba positiva de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) para el SARS-CoV-2, principalmente en aspirados nasofaríngeos.
Los datos de laboratorio, que incluyeron proteína C reactiva, procalcitonina, ferritina, interleuquina-6, lactato deshidrogenasa, dímero D, troponina T y péptido natriurético cerebral, y los tratamientos utilizados, incluidos los diuréticos, se obtuvieron de las historias clínicas electrónicas durante el ingreso. El equipo clasificó a los pacientes en grupos según el nadir de los niveles de potasio (K+) en las primeras 72 horas del ingreso hospitalario: hipopotasemia K+ ≤3,5 mmol/L (que incluye hipopotasemia grave (<3 mmol/L) e hipopotasemia leve (3 -3,5 mmol/L)) y normopotasemia (> 3,5 mmol/L).
El equipo informó que de los 212 pacientes con normopotasemia, el 9% requirió ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), en comparación con el 30,3% de los 76 pacientes con hipopotasemia leve y el 33,3% de los 18 pacientes con hipopotasemia grave. La necesidad de ventilación mecánica invasiva fue del 6,2%, 25% y 33,3%, respectivamente. Después de ajustar para factores de confusión, la hipopotasemia se asoció de forma independiente con la necesidad de ventilación mecánica invasiva durante el ingreso (relación de posibilidad = 8,98).
La hipopotasemia no se asoció con un aumento de la mortalidad, pero sí con una estancia hospitalaria y en la UCI más prolongada. Las tasas de mortalidad fueron del 16,2% en el grupo de normopotasemia, del 15,8% en el grupo de hipopotasemia leve y del 16,7% en el grupo de hipopotasemia grave. La mediana de tiempo en el hospital fue de siete días para los pacientes con normopotasemia, 11 días para los pacientes con hipopotasemia leve y 16,5 días para los pacientes con hipopotasemia grave. La mediana de tiempo en la UCI fue de 8 días, 11 días y 15 días, respectivamente.
Los autores concluyeron que este biomarcador sensible puede reflejar la progresión de la COVID-19; se asocia de forma independiente con la necesidad de ventilación mecánica intensiva después de ajustar para factores de confusión y debe ser monitoreado de cerca para guiar el tratamiento oportuno. El estudio fue publicado el 17 de septiembre de 2020 en la revista International Journal of Infectious Diseases.
Enlace relacionado:
Hospital General Universitario de Alicante