Ciertas cepas de bacterias se asocian con las heridas diabéticas

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 07 May 2019
Alrededor del 10% de los estadounidenses son diagnosticados con diabetes, y una cuarta parte de estos pacientes desarrollará una herida que no cura. En el peor de los casos, que ocurre en hasta el 25% de estos pacientes con desarrollo de heridas, las heridas requerirán una amputación.

Es posible que muchos pacientes que desarrollan estas úlceras no noten los signos iniciales, ya que la glucosa alta en la sangre de la diabetes puede provocar una falta de sensibilidad y deformación de los pies. Como resultado, los pacientes con diabetes suelen desarrollar úlceras en los pies que pueden pasar desapercibidas con el tiempo. La tasa de mortalidad asociada con las úlceras del pie diabético es equivalente a la del cáncer de mama y de próstata combinados, superior al 70% cuando conducen a la amputación.

Imagen: Una representación gráfica de la variación a nivel de cepa y de especie en el microbioma de las heridas diabéticas se asocia con los resultados clínicos y la eficacia terapéutica (Fotografía cortesía de la Universidad de Pennsylvania).

Los científicos de la facultad de medicina de la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia, PA, EUA) y sus colegas, investigaron el papel de la microbiota colonizadora en la curación de las heridas diabéticas, los resultados clínicos y la respuesta a las intervenciones, y realizaron un estudio prospectivo longitudinal de pacientes con úlceras neuropáticas del pie diabético (DFU). La secuenciación metagenómica escopeta reveló que la variación a nivel de la cepa de Staphylococcus aureus y las firmas genéticas de la formación de biopelículas se asociaron con resultados deficientes.

Los aislamientos de heridas cultivadas de S. aureus provocaron fenotipos diferenciales en modelos de ratón que se correspondían con los resultados de los pacientes, mientras que los “observadores” en las heridas, como Corynebacterium striatum y Alcaligenes faecalis, típicamente considerados comensales o contaminantes, también impactaron significativamente la severidad y curación de la herida. Los genes de resistencia a los antibióticos fueron generalizados, y el desbridamiento, en lugar del tratamiento con antibióticos, modificó significativamente la microbiota DFU en pacientes con resultados más favorables. Estos hallazgos sugieren que la microbiota DFU puede ser un marcador para los resultados clínicos y la respuesta a las intervenciones terapéuticas.

Elizabeth A. Grice, PhD, profesora asociada de dermatología y autora principal del estudio, dijo: “Si bien las heridas no reciben la atención de otras enfermedades, son increíblemente comunes, y nuestro estudio aumenta nuestra comprensión de cómo los microbios perjudican o promueven la curación. Es posible que haya bacterias que realmente beneficien las heridas, y podemos usar lo que aprendimos en este estudio para desarrollar nuevas estrategias de tratamiento para las heridas que no se curan. Esperamos que este estudio eventualmente ayude a identificar a los pacientes con riesgo de malos resultados y conduzca a innovaciones de tratamiento que estos pacientes necesitan desesperadamente”. El estudio se publicó el 18 de abril de 2019 en la revista Cell Host and Microbe.

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Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania


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