Cribado genético predecir riesgo de infección por CMV

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 19 Jan 2017
Los investigadores han descubierto que la proteína de unión de nucleótidos oligomerización dominio 1 (NOD1) está implicada en la regulación de la infección por citomegalovirus (CMV) y que las variantes de pérdida de función de NOD1 pueden resultar en una mayor susceptibilidad a la infección por CMV, las cuales pueden conducir a devastadores defectos de desarrollo en los fetos y enfermedades graves en las personas con sistemas inmunológicos debilitados.
 

Imagen: Una ilustración modelo en cinta de la proteína de unión de nucleótidos oligomerización dominio 1 (NOD1). Los investigadores han encontrado que una mutación genética que altera la estructura de NOD1 puede aumentar la susceptibilidad al citomegalovirus humano (Imagen cortesía de Wikimedia).
El nuevo estudio, dirigido por los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, MD, EUA), proporciona lo que parece ser la primera evidencia de que NOD1, una proteína con un papel muy bien conocido en la inducción de la respuesta inmune innata, tiene un papel integral en el control del CMV y que ciertas variantes NOD1 pueden aumentar el riesgo de susceptibilidad.
 
El CMV se transmite de persona a persona a través de fluidos corporales. La mayoría de las personas no muestran signos o síntomas de infección, mientras que otros desarrollan síntomas como fiebre, dolor de garganta y fatiga. Además, el CMV causa colitis en los individuos con enfermedad de Crohn y en los pacientes con sistemas inmunes suprimidos, lo que los convierte en un riesgo significativo para los receptores de trasplante.
 
Además, el CMV no ha llamado la misma atención en la comunidad médica y científica como el virus Zika, que es mucho menos común, a pesar de causar complicaciones neurológicas similares, dijo el profesor Boger. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), 1 de cada 150 bebés en los Estados Unidos nace con una infección congénita por CMV, y uno de cada cinco padece complicaciones las cuales incluyen pérdida de la audición, pérdida de la visión, parálisis cerebral, deterioro cognitivo y microcefalia.
 
“Nuestros resultados sugieren que esta proteína explica por qué no todas las personas están en el mismo riesgo de CMV, y que algún día podamos ser capaces de desarrollar pruebas para identificar y manejar aquellos que están en un mayor riesgo de enfermedad relacionada con el CMV”, dijo Ravit Boger, MD, profesor asociado en la escuela médica Johns Hopkins. Basándose en investigaciones previas, en las que el equipo del Prof. Boger identificó a NOD2 como una proteína que controla la infección por CMV, se encontró que su molécula hermana NOD1 también fue importante en el nuevo estudio. “Todavía no sabemos cómo NOD1 logra cumplir esta función, o si NOD1 y NOD2 se coordinan o trabajan independientemente en el control del CMV”, dijo el profesor Boger.
 
Utilizando fibroblastos humanos que forman el tejido conectivo, el equipo ensayó si la actividad de NOD1 podría afectar la replicación de CMV en las células cultivadas. Los científicos regularon, de manera positiva, a NOD1 tratando las células con un fragmento bacteriano. También ensayaron células genéticamente modificadas que contienen NOD1 no funcional. Los resultados mostraron que las células en las que NOD1 estaba activado, los niveles de replicación del CMV habían disminuido en comparación con los controles.
 
En experimentos con ratones, los investigadores trataron a los animales con dos dosis de iE-DAP, otro activador bacteriano de NOD1, y posteriormente los infectaron con CMV de ratón. Dos semanas más tarde, se recogieron los órganos y la sangre intracardiaca de los ratones y se cultivaron las células. Las células cultivadas fueron monitorizadas con respecto a las áreas de muerte celular como un indicador de la actividad viral. En comparación con los ratones de control no tratados, la replicación del virus en ratones tratados con iE-DAP se redujo significativamente.
 
Queda por determinar la forma en que las mutaciones en la proteína NOD1 afectan su función frente al CMV. El Prof. Boger advierte que NOD1 no es el único factor en la determinación del riesgo de infección por CMV, sino que es una pieza de un rompecabezas más grande para determinar el riesgo. El equipo investigará ahora las vías de señalización celular en las que participan las proteínas NOD para ayudar a determinar cómo NOD1 y NOD2 interactúan con el CMV.
 
El estudio, por Fan YH et al, fue publicado el 14 de noviembre de 2016, en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).

Enlace relacionado:

Johns Hopkins University School of Medicine



 

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