Nueva guía de ADLM sobre pruebas de coagulación mejora atención a pacientes que toman anticoagulantes
Actualizado el 06 Nov 2025
Los anticoagulantes orales directos (ACOD) son uno de los tipos más comunes de anticoagulantes. Los pacientes los toman para prevenir diversas complicaciones derivadas de la coagulación sanguínea, como el accidente cerebrovascular, la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar. A diferencia de los anticoagulantes más antiguos, los ACOD no requieren un control regular mediante pruebas de coagulación, que miden la capacidad de la sangre para coagularse.
Sin embargo, existen otras situaciones en las que los pacientes que toman anticoagulantes orales directos (ACOD) podrían necesitar pruebas de coagulación. Esto incluye casos de sangrado abundante, cuando se les realizan pruebas para detectar un posible trastorno de la coagulación o antes de una cirugía urgente o programada para asegurar el control del sangrado. En estos casos, seleccionar el método de prueba adecuado puede ser complejo, ya que los ACOD interactúan directamente con los mismos factores de coagulación que intervienen en ciertas pruebas. Ahora, un grupo de expertos ha elaborado una guía sobre este tema que organiza y simplifica los puntos clave de una amplia gama de investigaciones e informes médicos publicados previamente.

La Asociación para el Diagnóstico y la Medicina de Laboratorio (ADLM, anteriormente AACC, Washington, D.C., EUA) ha publicado una guía especializada sobre las pruebas de coagulación en pacientes que toman anticoagulantes, los cuales pueden interferir con dichas pruebas. Al ayudar a los médicos y profesionales de laboratorio a abordar los complejos escenarios de pruebas que se presentan con estos pacientes, las nuevas directrices contribuirán a garantizar que reciban diagnósticos precisos y tratamientos eficaces.
El documento recomienda que los laboratorios y los profesionales sanitarios eviten, en la medida de lo posible, las pruebas de coagulación en pacientes que toman anticoagulantes orales directos (ACOD). La guía detalla las pruebas que son y no susceptibles a la interferencia de estos fármacos, de modo que los laboratorios y los profesionales sanitarios puedan tomar una decisión informada sobre qué pruebas utilizar para estos pacientes. En los casos en que sea necesario realizar pruebas de coagulación, el documento recomienda que los laboratorios y los médicos mitiguen los posibles efectos de los ACOD tratando las muestras de sangre antes de la prueba con agentes que neutralicen dichos efectos, interrumpiendo temporalmente el tratamiento con ACOD antes de una prueba de coagulación o cambiando temporalmente al paciente a una heparina de bajo peso molecular. Para que cualquiera de estas estrategias sea eficaz, el documento recomienda que los profesionales de laboratorio y los médicos se comuniquen de forma efectiva, ya que se necesitan las perspectivas y la experiencia de ambos para garantizar que los pacientes reciban las pruebas y los tratamientos adecuados.
"Los médicos que solicitan pruebas de coagulación para pacientes que toman anticoagulantes orales directos (ACOD) deben abordar estos casos con cautela, ya que se requiere criterio para determinar el momento adecuado y óptimo para realizar las pruebas", escribieron los autores del documento, los doctores Lindsay AL Bazydlo, Maximo J. Marin, Anna E. Merrill, Louise M. Man, Olajumoke O. Oladipo y Neil S. Harris. "Se recomienda firmemente la comunicación y la colaboración con la dirección y el personal del laboratorio antes de realizar las pruebas. El director médico del laboratorio puede orientar al equipo clínico sobre las metodologías actuales y cómo interpretar los resultados en pacientes que toman ACOD".
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