Estudio ofrece nueva información sobre biomarcadores del Alzheimer
Actualizado el 23 Dec 2024
El 14 de noviembre de 2024, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha recomendado, por primera vez, un fármaco destinado a frenar la progresión de la enfermedad de Alzheimer (EA). Esto marca un hito significativo y pone de relieve la creciente necesidad de pruebas de detección capaces de identificar a las personas en las primeras etapas asintomáticas de la enfermedad, antes de que se produzcan daños irreversibles. En la EA, las proteínas tau del cerebro desempeñan un papel crucial. Normalmente, estas proteínas ayudan a estabilizar las estructuras dentro de las células cerebrales, pero en la EA, sufren cambios anormales (fosforilación) y comienzan a agregarse. Esta agrupación anormal perjudica la función de las células cerebrales, lo que conduce a su muerte final. Las pruebas basadas en sangre están surgiendo como candidatos prometedores a biomarcadores, que muestran una alta precisión en cohortes de investigación. Sin embargo, la relación entre los niveles de biomarcadores plasmáticos y la patología subyacente de la EA, y cómo estos resultados se alinean con los cambios biológicos y las etapas monitoreadas por las herramientas de diagnóstico utilizadas en entornos clínicos, sigue sin estar clara. Los investigadores han trabajado ahora para abordar estas preguntas en un estudio publicado en eBioMedicine.
Las investigaciones anteriores sobre biomarcadores plasmáticos se han centrado predominantemente en cohortes bien controladas y basadas en la investigación, en las que los pacientes se seleccionan en función de criterios específicos para garantizar la coherencia. Si bien este enfoque es esencial para mantener la homogeneidad, aumentar el poder estadístico y controlar los factores de confusión, la siguiente fase de validación de biomarcadores requiere evidencia del mundo real para mejorar la interpretabilidad y la relevancia de estas pruebas en poblaciones más amplias. En este estudio, los investigadores del Instituto Karolinska (Estocolmo, Suecia) analizaron datos de una cohorte de una clínica de memoria, explorando los niveles de biomarcadores plasmáticos en relación con las pruebas de diagnóstico estándar y las etapas biológicas de la EA. La cohorte incluía un grupo diverso de pacientes con diversas patologías, todos los cuales buscaron atención médica en el Hospital Universitario Karolinska debido a problemas de memoria.
El estudio reveló que todos los biomarcadores plasmáticos analizados (con excepción del NfL) estaban relacionados con la acumulación de amiloide mal plegado en el cerebro, lo que subraya el papel del amiloide en la fosforilación de tau. Entre los biomarcadores evaluados, solo los niveles plasmáticos de pTau217 estaban fuertemente asociados con variables clínicas, mientras que más del 70 % de la variación en otros biomarcadores plasmáticos permaneció sin explicación. Esta investigación ofrece una comprensión más profunda de las complejas relaciones entre los nuevos biomarcadores plasmáticos y las herramientas de diagnóstico existentes. Los investigadores esperan que estos conocimientos faciliten el desarrollo de marcadores de diagnóstico temprano, lo que en última instancia conducirá a tratamientos más oportunos para la enfermedad de Alzheimer en el futuro.
“Estos hallazgos coinciden con otros informes recientes sobre este tema y se suman a la evidencia emergente de que el pTau217 plasmático es un marcador doble de patología amiloide y tau”, afirmó la Dra. Marina Bluma, investigadora postdoctoral en el Departamento de Neurobiología, Ciencias de la Atención y Sociedad. “A diferencia de estos biomarcadores, los niveles elevados de NfL fueron más indicativos de atrofia cerebral y edad avanzada”.