Anticuerpos de sobrevivientes de la influenza de 1918 protegen contra el virus
Actualizado el 29 Sep 2008
Un equipo de inmunólogos y virólogos ha recuperado con éxito células inmunes del sistema B de sobrevivientes de la pandemia de influenza de 1918 y las usaron para preparar anticuerpos monoclonales que suministran protección contra la infección por el virus.
Investigadores en la Universidad Vanderbilt (Nashville, TN, EUA) obtuvieron muestras de sangre de 32 sobrevivientes de la pandemia de 1918, ahora con edades de 91-101 años. Los sueros de todos los sobrevivientes demostraron respuestas inmunes positivas contra el virus de 1918, sugiriendo que todavía poseían anticuerpos contra el virus.
Un subconjunto de siete muestras de donantes tenía células B circulantes que secretaban anticuerpos que se unían al antígeno de hemaglutinina (HA) de 1918. Los investigadores aislaron las células B de estos individuos y generaron cinco anticuerpos monoclonales que mostraban una actividad neutralizante potente contra el virus de 1918 de tres donantes separados. Estos anticuerpos también tenían reacción cruzada contra la HA genéticamente similar de una cepa de influenza de cerdos H1N1 de 1930, pero no hacía reacciones cruzadas con las HAs de los virus de influenza humanos más contemporáneos. Los anticuerpos se unían a la proteína HA de 1918 con alta afinidad, tenían una potencia neutralizante excepcional y protegían a los ratones de la infección letal.
"Las células B han estado esperando por lo menos 60 años - si no 90 años - para que esa influenza reaparezca”, dijo el autor principal, Dr. James Crowe, profesor de pediatría en la Universidad Vanderbilt. "Esto es increíble…porque es la memoria más larga demostrada hasta el momento. Las lecciones que estamos aprendiendo sobre la influenza de 1918 nos dicen mucho sobre lo que podría pasar en una pandemia futura”.
Los investigadores concluyeron su artículo en la edición en línea de l 17 de agosto de 2008 de la revista Nature con la observación: "Estos estudios demuestran que los sobrevivientes de la pandemia de influenza de 1918 poseen anticuerpos neutralizantes del virus, muy funcionales contra este virus de virulencia única, y que los humanos pueden sostener la memoria de las células B circulantes contra los virus por muchas décadas después de la exposición, hasta la décima década de la vida.