Ancho de distribución eritrocitaria asociado con el riesgo de mortalidad de la COVID-19
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 06 Oct 2020
La COVID-19 tiene una alta tasa de hospitalización, necesidades de cuidados intensivos y mortalidad. La identificación de los pacientes con mayor riesgo de enfermedad grave es importante para facilitar una intervención temprana y agresiva y para gestionar los recursos hospitalarios locales para mitigar las crisis de cuidados intensivos que han afectado a algunos sistemas hospitalarios.Actualizado el 06 Oct 2020
El ancho de distribución eritrocitaria (ADE) es un componente estándar de una prueba de hemograma completo de rutina. El ADE elevado se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas; mortalidad por enfermedad cardíaca, enfermedad pulmonar, sepsis, influenza y cáncer; complicaciones asociadas con insuficiencia cardíaca, gravedad de la enfermedad de las arterias coronarias y hepatitis viral, y el estadio avanzado y grado de muchos cánceres.
Un equipo de científicos médicos del Hospital General de Massachusetts (Boston, MA, EUA) analizó retrospectivamente los datos de 1.641 pacientes que dieron positivo a la infección por SARS-CoV-2 entre el 4 de marzo de 2020 y 28 de abril de 2020. Los participantes del estudio tenían una edad media de 62 años, el 54% eran hombres, el 45% eran caucásicos y el 30% hispanos; el 17% de los pacientes de la cohorte fallecieron.
Para todos los pacientes hospitalizados, el ADE, el recuento absoluto de linfocitos y el nivel de dímero D se recogieron aproximadamente a diario junto con otros valores de laboratorio clínico, como parte de la atención clínica estándar. Se realizaron recuentos sanguíneos completos, incluido el ADE y el recuento de linfocitos, en un sistema de hematología automatizado XN-9000 (Sysmex Corporation, Kobe, Japón). El nivel de dímero D se midió utilizando un inmunoanalizador Vidas 3 (bioMérieux, Marcy-l'Étoile, Francia).
El equipo informó que los pacientes cuyo ADE era mayor del 14,5% al ingreso por un diagnóstico de COVID-19, tenían un riesgo de mortalidad del 31%, mientras que aquellos con un ADE del 14,5% o menos tenían un riesgo de mortalidad del 11%. El riesgo relativo (RR) de mortalidad para aquellos con un ADE elevado fue de 2,73. En los grupos de pacientes estratificados por edad, el ADE elevado permaneció asociado con un mayor RR de mortalidad para los pacientes menores de 50 años, 50 a 59 años, 60 a 69 años y 80 años o mayores. El estudio encontró que los pacientes con ADE elevado 23/470 (4,9%) al ingreso, tenían 6,12 veces más probabilidades de morir en las 48 horas siguientes, que los pacientes con un ADE normal, 9/1175 (0,8%).
Un aumento del ADE durante la hospitalización se relacionó con un mayor riesgo de muerte que si el ADE no cambiara. El riesgo de mortalidad saltó del 6% al 24% para los que tenían un ADE normal al ingreso y del 22% al 40% para los que tenían un ADE elevado cuando ingresaron. La asociación también fue independiente de los niveles de dímero D, el recuento absoluto de linfocitos, los factores demográficos y las comorbilidades comunes.
Los autores concluyeron que, en este estudio de cohorte de pacientes hospitalizados por COVID-19, el ADE medido al ingreso y durante la hospitalización se asoció con un aumento estadísticamente significativo de la mortalidad. El ADE es una prueba de laboratorio de rutina que puede ser útil en la estratificación del riesgo de pacientes hospitalizados con COVID-19. El estudio fue publicado el 23 de septiembre de 2020 en la revista JAMA Network Open.
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Hospital General de Massachusetts
bioMérieux