Transfusiones de sangre más seguras en zonas con malaria
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 17 May 2016
Actualizado el 17 May 2016
Los pacientes, especialmente los niños, que reciben transfusiones de sangre en el África sub-Sahariana, están en alto riesgo de contraer malaria, transmitida por transfusión. Cada año, unas 214 millones de personas en todo el mundo, sufren de malaria aguda, la mayoría de los cuales están en África y la enfermedad es causada por el parásito Plasmodium.
Un nuevo ensayo sugiere que el tratamiento de la sangre donada con una nueva tecnología que combina la radiación ultravioleta (UV) con la vitamina B, es seguro y podría minimizar el riesgo de infección de la malaria después de las transfusiones de sangre. Los procedimientos comúnmente utilizados para la sangre total incluyen pruebas de ácidos nucleicos, filtración de la sangre o cultivo bacteriano, pero estas pruebas no se realizan en la mayoría de los países en desarrollo, debido a la falta de recursos.
Científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y sus colegas llevaron a cabo un estudio clínico, aleatorizado, doble ciego, de grupos paralelos, de pacientes adultos elegibles, mayores de 18 años o más, con el grupo sanguíneo O+, que requirieron transfusiones de hasta dos unidades de sangre total, dentro de los tres días después de la asignación al azar, y que se anticipaba que siguieran en el hospital durante al menos tres días consecutivos, después de la transfusión inicial. Hubo 223 pacientes adultos que necesitaron una transfusión de sangre debido a anemia grave o hemorragia, que participaron en el estudio.
El equipo analizó muestras de sangre para todos los receptores de transfusiones en el día de la transfusión y 1, 3, 7 y 28 días más tarde. Mediante el estudio de las secuencias de los genes de Plasmodium presentes en la sangre, fueron capaces de decir si los pacientes eran propensos a ser portadores del parásito donado después de la transfusión. Un total de 65 pacientes no portaban previamente el parásito, de los cuales la mitad recibió sangre tratada para el parásito y la otra mitad, recibió sangre sin ser tratada para el parásito. Hubo 8/37 pacientes (22%) que recibieron sangre no tratada que posteriormente dieron un resultado positivo para el parásito de la malaria, en comparación con 1/28 (4%) de los pacientes que recibieron la sangre tratada.
El tratamiento de la sangre total se hizo con la Tecnología de Reducción de Patógenos, Mirasol (Terumo BCT, Lakewood, CO, EUA). Los parámetros de coagulación, el recuento de plaquetas y el estado hemostático de los pacientes, fueron similares, ya fuese que los pacientes recibieran sangre tratada o no tratada. La tecnología no parece afectar la capacidad de coagulación de la sangre, y los pacientes que recibieron la sangre tratada tuvieron ligeramente menos reacciones alérgicas con respecto a los que recibieron la sangre no tratada (5% frente al 8%).
Jean-Pierre Allain, MD, un profesor y autor principal del estudio, dijo: “Hacer pruebas para parásitos como el de la malaria es caro y, hasta ahora, no ha habido tecnologías capaces de tratar la sangre total, que se utiliza con mayor frecuencia en las transfusiones en el África sub-Sahariana. Este es el primer estudio en examinar el potencial de la tecnología de reducción de patógenos en un entorno de tratamiento en el mundo real y encuentra que aunque el riesgo de transmisión de la malaria no se elimina completamente, el riesgo se reduce drásticamente”. El estudio fue publicado en la edición de abril 21 de 2016, de la revista “Lancet”.
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