Perfiles de proteínas sanguíneas predicen riesgo de mortalidad por intervención médica temprana
Actualizado el 06 Dec 2025
Los niveles elevados de proteínas específicas en la sangre pueden indicar un mayor riesgo de mortalidad, según nueva evidencia que muestra que cinco proteínas implicadas en el cáncer, la inflamación y la regulación celular predicen con fuerza la supervivencia a largo plazo. Los investigadores también identificaron cientos de proteínas adicionales relacionadas con la muerte en un plazo de cinco a diez años, incluso después de considerar factores de estilo de vida y médicos. Estos hallazgos apuntan a un posible sistema de alerta temprana que podría impulsar la atención médica preventiva oportuna.
En el estudio dirigido por la Universidad de Surrey (Guildford, Reino Unido), los investigadores analizaron datos de proteínas en sangre de más de 38.000 adultos inscritos en el Biobanco del Reino Unido. Al examinar perfiles proteómicos a gran escala, el equipo buscó determinar si las proteínas circulantes podrían reflejar de manera confiable el riesgo de mortalidad temprana no accidental. El conjunto de datos incluyó adultos de mediana edad y mayores, algunos de los cuales murieron dentro de los cinco o diez años de proporcionar muestras de sangre.

Para identificar marcadores predictivos, los investigadores evaluaron miles de proteínas y catalogaron sus asociaciones con el riesgo de muerte a corto y largo plazo. La investigación, publicada en Nature Communications, reveló 392 proteínas predictivas de muerte en un plazo de cinco años y 377 proteínas vinculadas a la mortalidad a diez años. Cinco proteínas (PLAUR, SERPINA3, CRIM1, DDR1 y LTBP2) resultaron ser indicadores consistentes en ambos periodos, lo que sugiere un papel central en las vías biológicas subyacentes que contribuyen a la gravedad de la enfermedad y a un pronóstico desfavorable.
La mortalidad a corto plazo se asoció con mayor intensidad con proteínas implicadas en la inflamación, la comunicación celular y los cambios celulares rápidos. Un ejemplo es SERPINA1, una proteína protectora pulmonar cuyos niveles elevados indicaban un mayor riesgo de mortalidad a cinco años. Por otro lado, niveles persistentemente altos de SERPINA3 se han vinculado previamente con una menor supervivencia en ciertos tipos de cáncer, lo que refuerza su potencial como potente marcador de estrés biológico.
Estos descubrimientos podrían ayudar a guiar el desarrollo de modelos clínicos de riesgo basados en proteínas, capaces de identificar a las personas que se beneficiarían de un seguimiento preventivo o una intervención dirigida. Los investigadores afirman que estos modelos podrían respaldar la planificación sanitaria al identificar alteraciones fisiológicas tempranas, antes de que se manifieste la enfermedad. Los próximos pasos consisten en validar las proteínas predictivas en poblaciones adicionales y evaluar su rendimiento en diversos entornos clínicos.
“Ciertas proteínas sanguíneas reflejan procesos crónicos más graduales que afectan la supervivencia a largo plazo, mientras que otras reflejan riesgos para la salud más inmediatos y agudos, como la troponina en el caso de las enfermedades cardíacas”, afirmó Natalia Koziar, autora principal. “Esta nueva información podría ser útil para los médicos clínicos a la hora de crear un sistema de puntuación de los niveles de proteínas que ayude a identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar enfermedades con pronóstico desfavorable”.
Enlaces relacionados:
Universidad de Surrey








