Análisis sanguíneo de biomarcadores podría predecir desarrollo de COVID prolongada
Actualizado el 14 Oct 2025
La COVID prologada continúa desafiando a científicos y médicos con sus síntomas complejos y poco comprendidos, que pueden persistir mucho después de una infección aguda por SARS-CoV-2. Si bien la mayoría de las respuestas inmunitarias se normalizan en cuestión de semanas tras la recuperación, algunos pacientes continúan experimentando fatiga, inflamación y disfunción orgánica meses después. Los mecanismos biológicos que subyacen a estos efectos a largo plazo siguen sin estar claros. Ahora, un nuevo estudio ha identificado un biomarcador inmunitario sanguíneo que podría predecir el daño tisular prolongado y la inflamación persistente en estos pacientes.
Investigadores de la Universidad Médica de Viena (MedUni Vienna, Viena, Austria) realizaron un estudio para investigar los componentes del sistema inmunitario innato, conocidos como proteínas de fase aguda, que aumentan rápidamente durante la infección. El equipo analizó muestras de sangre de 141 pacientes convalecientes de COVID-19 a las 10 semanas y 10 meses de la infección y las comparó con muestras de 98 controles no infectados. El objetivo era determinar si alguna de estas proteínas inmunitarias permanecía elevada después del período de recuperación, lo que indicaría una activación inmunitaria continua o la reparación tisular.
El estudio, publicado en Frontiers in Immunology, reveló que los niveles de la proteína pentraxina 3 (PTX-3) se mantuvieron significativamente más altos en personas que habían presentado COVID-19 grave, incluso meses después de la recuperación. Se observaron niveles elevados de PTX-3 tanto a las 10 semanas como a los 10 meses después de la infección, a diferencia de otras proteínas de fase aguda que suelen normalizarse en cuestión de días. Esta persistencia sugiere que la PTX-3 podría servir como biomarcador de inflamación crónica o lesión tisular residual asociada con la COVID prolongada.
Los hallazgos respaldan la evidencia previa que vincula la PTX-3 con la COVID-19 aguda grave, pero amplían su relevancia para la recuperación a largo plazo. Los niveles elevados y persistentes de PTX-3 podrían indicar la presencia de procesos de reparación en curso o de remanentes virales en el organismo. Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la activación inmunitaria sostenida contribuye a los síntomas de la COVID-19 prolongada y a afecciones como la encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC).
Los investigadores creen que identificar PTX-3 como un posible biomarcador podría permitir un diagnóstico y seguimiento más tempranos de las complicaciones pos-COVID. El estudio también enfatiza la necesidad de seguimiento en pacientes que se recuperan de infecciones graves y subraya la importancia de comprender la regulación del sistema inmunitario en la recuperación a largo plazo de la COVID. Investigaciones futuras buscarán confirmar estos hallazgos en estudios prospectivos más amplios y esclarecer mejor las vías biológicas implicadas.
“Suponemos que los niveles elevados de PTX-3 indican mecanismos de reparación tisular en curso o podrían indicar la presencia de restos persistentes de SARS-CoV-2 en el organismo. Por lo tanto, el PTX-3 podría servir como biomarcador de daño tisular duradero y activación inmunitaria a largo plazo, lo que podría provocar complicaciones tras la COVID-19”, afirmó el profesor Winfried Pickl, quien dirigió el grupo de investigación.
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MedUni Viena