Marcador sanguíneo para enfermedad renal también podría identificar problemas cardiovasculares
Actualizado el 11 Oct 2025
La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a millones de personas en todo el mundo y está estrechamente relacionada con complicaciones cardiovasculares, más que con la insuficiencia renal en sí. Los pacientes con ERC suelen experimentar disfunción vascular mucho antes de que aparezcan los síntomas de la cardiopatía; sin embargo, los biomarcadores actuales ofrecen un valor predictivo limitado para la detección temprana. Ahora, un nuevo estudio ha identificado un marcador sanguíneo alternativo que podría revelar riesgos cardiovasculares tempranos en pacientes con ERC, lo que ofrece una posible vía para el diagnóstico y la intervención precoces, y una mejor monitorización del paciente.
Investigadores de la Universidad de Texas en Arlington (UTA, Arlington, TX, EUA) realizaron un estudio para explorar la relación entre la salud vascular y los marcadores sanguíneos en personas con enfermedad renal crónica moderada. Tradicionalmente, los científicos se han centrado en la dimetilarginina asimétrica (ADMA) como indicador de problemas vasculares. Sin embargo, la investigación, publicada en el American Journal of Physiology–Renal Physiology, descubrió que la dimetilarginina simétrica (SDMA), una molécula que antes se consideraba inactiva, muestra una mayor correlación con la disfunción vascular que la ADMA.
El estudio examinó a pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) en estadio 3, una fase en la que aún es posible intervenir para prevenir un mayor daño cardiovascular. Los hallazgos revelaron que los niveles más altos de SDMA, pero no los de ADMA, se asociaron con una función vascular más débil, lo que sugiere que la SDMA podría ser un marcador más fiable para identificar problemas vasculares en las primeras etapas de la progresión de la enfermedad. Si bien la SDMA mostró una fuerte correlación con la función renal, su asociación con el deterioro vascular fue el descubrimiento más significativo e inesperado del estudio.
Aunque ninguno de estos marcadores predice con exactitud el riesgo cardiovascular, los hallazgos resaltan la promesa de la SDMA como indicador temprano de disfunción vascular en la ERC. La medición de la SDMA podría permitir a los médicos detectar a los pacientes en riesgo antes de que la insuficiencia renal progrese hasta el punto de requerir diálisis. Los investigadores enfatizan que, si bien las correlaciones fueron modestas, el estudio abre el camino para investigaciones más amplias que confirmen el potencial de la SDMA como biomarcador clínico para la monitorización cardiovascular en la enfermedad renal.
“La premisa fundamental del estudio es que las personas con enfermedad renal crónica no mueren por sus problemas renales, sino por enfermedades cardiovasculares. Queríamos comprender mejor esta conexión examinando la función de los vasos sanguíneos”, afirmó Paul J. Fadel, investigador principal del estudio. “Nos centramos en pacientes con enfermedad renal crónica moderada, principalmente en estadio 3, ya que aún es posible intervenir para contrarrestar los problemas cardiovasculares que surgen con la progresión de la enfermedad y la diálisis”.