Simple análisis de sangre identifica firma metabólica de envejecimiento más saludable

Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 04 Oct 2025

Se sabe desde hace tiempo que el ejercicio protege la movilidad y reduce el riesgo de enfermedades crónicas, pero los procesos moleculares que la actividad física traduce en un envejecimiento más saludable siguen siendo inciertos. Investigadores han estudiado si los beneficios de un estilo de vida activo podrían observarse directamente en la sangre y si moléculas específicas podrían servir como marcadores de la condición física. Ahora, un nuevo estudio demuestra que un simple análisis de sangre, combinado con análisis avanzados, puede rastrear el envejecimiento de una persona e identificar metabolitos clave relacionados con el rendimiento físico.

Un equipo de investigación de la Universidad de Viena (Viena, Austria), en colaboración con la Universidad de Nankai (Tianjin, China), ha desarrollado un método que combina la metabolómica con el aprendizaje automático y una novedosa herramienta de modelado. Primero, crearon un Índice de Actividad Corporal (IAC) a partir de pruebas físicas y un Índice Metabolómico a partir de las concentraciones sanguíneas de 35 metabolitos. Este enfoque captura señales tanto de resistencia como moleculares, proporcionando una medida integral del envejecimiento activo a nivel sistémico.


Imagen: los investigadores han vinculado la aptitud física con los biomarcadores de sangre, con el aspartato emergente como jugador clave (foto cortesía de la Universidad de Viena)

El estudio analizó 263 muestras de adultos mayores y halló una fuerte correlación entre ambos índices, con un coeficiente de Pearson de 0,85. Se entrenaron cinco modelos de aprendizaje automático para clasificar los grupos activos frente a los menos activos, y los métodos de refuerzo alcanzaron una precisión superior al 91 % (AUC > 0,91). En todos los modelos, ocho metabolitos predijeron la actividad de forma consistente, siendo el aspartato el principal biomarcador de la aptitud física.

Para explorar cómo interactúan estas moléculas, el equipo aplicó COVRECON, una herramienta de modelado de redes que reconstruye las conexiones bioquímicas. El análisis identificó la aspartato aminotransferasa (AST) y la alanina aminotransferasa (ALT) como ejes centrales de la reconfiguración metabólica, lo cual se validó mediante análisis de sangre estándar. Los participantes activos mostraron mayores fluctuaciones en AST y ALT a lo largo de seis meses, lo que sugiere una mayor flexibilidad metabólica en la función hepática y muscular.

Los hallazgos, publicados en npj Systems Biology and Applications, también vinculan la aptitud física con la salud cerebral, ya que el aspartato desempeña una doble función como precursor de neurotransmisores, influyendo en el aprendizaje y la memoria. Los niveles bajos de AST y ALT, o sus ratios elevados, se han vinculado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo. Al vincular los cambios metabólicos impulsados por la actividad con la resiliencia cerebral, el estudio sugiere que los biomarcadores sanguíneos podrían algún día rastrear tanto el envejecimiento físico como el cognitivo.

“La actividad física hace más que desarrollar masa muscular. Reconfigura nuestro metabolismo a nivel molecular. Al descifrar estos cambios, podemos rastrear, e incluso guiar, el progreso del envejecimiento”, afirmó Wolfram Weckwerth, profesor de la Universidad de Viena.

Enlaces relacionados:
Universidad de Viena
Universidad de Nankai


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