Pruebas genéticas de embriones creados mediante FIV aceleran concepción en mayores de 35 años
Actualizado el 27 Aug 2025
Las mujeres mayores que se someten a fecundación in vitro (FIV) enfrentan más dificultades para concebir debido a la mayor probabilidad de producir embriones con un número incorrecto de cromosomas. Esto aumenta el riesgo de aborto espontáneo e implantación fallida, obligando a muchas a someterse a ciclos repetidos. Las directrices actuales del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) no recomiendan las pruebas genéticas rutinarias de embriones, basándose principalmente en la evidencia de mujeres más jóvenes con menor riesgo, lo que obliga a las mujeres mayores a buscar opciones privadas o a prescindir por completo de las pruebas. Ahora, un nuevo estudio sugiere que las pruebas dirigidas podrían ser útiles.
Investigadores del King's College de Londres (Londres, Reino Unido) y colaboradores lideraron el primer ensayo clínico aleatorizado y controlado a nivel mundial centrado exclusivamente en mujeres de 35 a 42 años. El ensayo evaluó el Diagnóstico Genético Preimplantacional para Aneuploidías (PGT-A), que examina los embriones de FIV para detectar anomalías cromosómicas antes de la transferencia. Como característica única de este estudio, también se incluyeron embriones mosaico, que contienen células normales y anormales, lo que llenó una laguna en investigaciones previas.
El ensayo piloto sin enmascaramiento, realizado entre junio de 2021 y junio de 2023 en King's Fertility, reclutó a 100 mujeres de entre 35 y 42 años que se sometieron a FIV. Las participantes se dividieron en dos grupos: 50 recibieron PGT-A y 50 sirvieron como control. Tanto el tratamiento clínico como el análisis embriológico se llevaron a cabo en King's Fertility, lo que garantizó la coherencia en la atención a las pacientes y los análisis de laboratorio.
Los hallazgos, publicados en Journal of Clinical Medicine, mostraron que las mujeres del grupo PGT-A lograron el embarazo con menos transferencias, con una tasa acumulada de nacidos vivos del 72 % tras hasta tres transferencias de embriones, en comparación con el 52 % del grupo control. Si bien la diferencia no alcanzó la significación estadística debido al pequeño tamaño de la muestra, la tendencia sugiere un posible beneficio. El estudio demostró la viabilidad de un ensayo aleatorizado multicéntrico de mayor tamaño para confirmar estos hallazgos.
Los investigadores enfatizaron que reducir el tiempo hasta la concepción podría mejorar considerablemente la eficiencia del tratamiento de FIV en mujeres mayores, disminuyendo la carga física y emocional. Si se valida en estudios más amplios, el uso específico de PGT-A podría convertirse en una herramienta crucial para mejorar las tasas de éxito en mujeres mayores de 35 años.
“El número de mujeres que forman una familia después de los 35 años está aumentando, y las mujeres de este grupo de edad tienen mayor probabilidad de crear embriones con un número incorrecto de cromosomas”, afirmó el Dr. Yusuf Beebeejaun, primer autor. “Nuestros hallazgos sugieren que el uso específico de PGT-A en este grupo de edad podría ayudar a más mujeres a tener un bebé antes, a la vez que reduce el impacto emocional de los repetidos ciclos sin éxito”.