Gen de dos caras podría identificar individuos con mayor riesgo de cáncer de esófago
Actualizado el 07 Jan 2025
En Inglaterra, solo el 12 % de las personas con cáncer de esófago sobreviven durante 10 años o más. El Reino Unido tiene una de las tasas más altas de adenocarcinoma de esófago a nivel mundial, un subtipo de cáncer cuya prevalencia continúa aumentando. Este tipo de cáncer generalmente se desarrolla a partir de una afección llamada esófago de Barrett, en la que las células que recubren el esófago se vuelven anormales. Sin embargo, solo alrededor del 1 % de las personas con esófago de Barrett desarrollan cáncer cada año. Ahora, un reciente descubrimiento inesperado de un mecanismo genético podría ayudar a los médicos a identificar mejor qué personas tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer, lo que podría conducir a estrategias de prevención más personalizadas y efectivas.
El estudio, realizado por el equipo de investigación del Barts Cancer Institute de la Universidad Queen Mary de Londres (Londres, Reino Unido), tenía como objetivo comprender por qué algunos casos de esófago de Barrett progresan a cáncer mientras que otros no, con el fin de mejorar las predicciones y los tratamientos para el adenocarcinoma de esófago. El equipo analizó los datos de secuenciación genética de más de 1.000 personas con adenocarcinoma de esófago y más de 350 personas con esófago de Barrett. Descubrieron que los defectos en un gen llamado CDKN2A eran más comunes en personas con esófago de Barrett que nunca progresaron a cáncer. Este fue un hallazgo inesperado, ya que el CDKN2A generalmente se pierde en varios tipos de cáncer y es bien conocido por su papel como gen supresor de tumores, actuando como protección contra el desarrollo del cáncer.
La pérdida de CDKN2A en las células esofágicas normales puede promover el desarrollo del esófago de Barrett. Sin embargo, los investigadores descubrieron que también proporciona protección contra la pérdida de otro gen clave, p53, que a menudo se conoce como el "guardián del genoma" debido a su papel crítico en la supresión de tumores. La pérdida de p53 impulsa fuertemente la progresión del esófago de Barrett al cáncer. El equipo descubrió que las células potencialmente cancerosas que perdieron tanto CDKN2A como p53 se debilitaron, impidiendo que el cáncer se arraigara. Por el contrario, si las células cancerosas pierden CDKN2A más tarde en la enfermedad, conduce a una forma más agresiva de cáncer y peores resultados para el paciente. Este descubrimiento genético inesperado, publicado en Nature Cancer, podría tener implicaciones importantes para la evaluación del riesgo de cáncer. Los hallazgos sugieren que si una persona con esófago de Barrett tiene una mutación temprana en CDKN2A pero ninguna mutación en p53, puede indicar un menor riesgo de progresión al cáncer. Por otra parte, las mutaciones en CDKN2A en etapas más avanzadas de la enfermedad podrían indicar un mal pronóstico. Se necesitan más investigaciones para determinar cuál es la mejor manera de utilizar esta nueva información para beneficiar a los pacientes en el ámbito clínico.
“A menudo asumimos que las mutaciones en los genes del cáncer son malas noticias, pero esa no es la historia completa. El contexto es crucial. Estos resultados respaldan un cambio de paradigma en la forma en que pensamos sobre el efecto de las mutaciones en el cáncer”, dijo la investigadora principal, Francesca Ciccarelli, profesora de Genómica del Cáncer en el Barts Cancer Institute de la Universidad Queen Mary de Londres y líder del grupo principal en el Francis Crick Institute, donde se realizó el trabajo experimental de este estudio. “Puede ser tentador considerar las mutaciones del cáncer como buenas o malas, negras o blancas. Pero, como el dios romano Jano, pueden tener múltiples caras, una naturaleza dual. Cada vez sabemos más que todos acumulamos mutaciones como parte inevitable del envejecimiento. Nuestros hallazgos desafían la percepción simplista de que estas mutaciones son bombas de relojería y muestran que, en algunos casos, incluso pueden ser protectoras”.