Prueba de sangre simple utiliza lípidos para identificar a niños en riesgo de diabetes
Actualizado el 26 Sep 2024
El número de niños y adolescentes afectados por la obesidad está aumentando a nivel mundial, con proyecciones que estiman más de 250 millones de casos para 2030. Esta creciente epidemia presenta un desafío significativo para la salud pública, ya que los niños con obesidad enfrentan un riesgo incrementado de desarrollar condiciones como resistencia a la insulina, hígado graso y presión arterial alta. Estas condiciones pueden progresar más tarde en enfermedades como la enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y enfermedad hepática. Los científicos creen que estas enfermedades a menudo son desencadenadas por cambios en los lípidos del cuerpo, que son diversas grasas y aceites, incluyendo triglicéridos y colesterol, que desempeñan un papel clave en el almacenamiento de energía y la señalización celular. Sin embargo, aún no se comprende por completo cómo cambian estas especies de lípidos en los niños con obesidad y cómo contribuyen a las complicaciones cardiometabólicas tempranas. Ahora, los investigadores han descubierto que las especies de lípidos vinculadas a las enfermedades cardiometabólicas en adultos están estrechamente asociadas con los factores de riesgo cardiometabólico en niños y adolescentes con obesidad. Los hallazgos del estudio, publicados en la revista Nature Medicine, podrían conducir al desarrollo de pruebas tempranas para detectar enfermedades cardiometabólicas antes de que progresen.
Investigadores de la Universidad de Copenhague (Copenhague, Dinamarca) llevaron a cabo el estudio utilizando datos del biobanco del Estudio HOLBAEK, que incluye a más de 4.000 niños con y sin obesidad. Mediante el empleo de tecnología avanzada de espectrometría de masas, los científicos mapearon cientos de especies de lípidos individuales, cada una con estructuras y funciones únicas, ofreciendo una visión integral del metabolismo de los lípidos. A través de su análisis de los perfiles de lípidos en 958 niños con sobrepeso u obesidad en comparación con 373 con peso normal, obtuvieron información valiosa sobre cómo la obesidad altera los perfiles de lípidos y su conexión con el riesgo cardiometabólico, así como su potencial para detectar el exceso de grasa en el hígado.
“Nuestro estudio muestra que el impacto de las especies lipídicas asociadas al metabolismo cardiometabólico surge temprano en la vida de los niños con obesidad, afectando particularmente la función hepática y el metabolismo de la glucosa”, dijo la investigadora postdoctoral Yun Huang del Centro de Investigación Metabólica Básica de la Fundación Novo Nordisk en la Universidad de Copenhague. “Estas especies lipídicas de riesgo podrían potencialmente explorarse más a fondo como biomarcadores para diagnosticar o predecir el riesgo cardiometabólico en niños con alto riesgo, ofreciendo nuevos conocimientos para la detección e intervención tempranas”.