Pruebas de biomarcadores en orina y sangre pueden predecir riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica
Actualizado el 06 Apr 2023
Los riñones juegan un papel crucial en la purificación de la sangre y la eliminación de desechos del cuerpo. La lesión renal aguda (LRA) ocurre cuando los riñones pierden su funcionalidad repentina y temporalmente, provocando una acumulación de desechos en la sangre y dificultando el equilibrio de líquidos del cuerpo. Si bien la LRA es tratable, si no se controla, puede provocar enfermedad renal crónica (ERC), una afección más grave y potencialmente mortal, así como otros problemas cardíacos. La LRA se observa con frecuencia en pacientes hospitalizados cuyos riñones han estado sujetos a estrés y complicaciones médicas o quirúrgicas, lo que puede prolongar la recuperación de los riñones y causar daños duraderos. Ahora, los investigadores han identificado biomarcadores para predecir el riesgo de ERC en pacientes hospitalizados con LRA.
En un nuevo estudio que examinó las consecuencias a largo plazo de la LRA en pacientes hospitalizados, los investigadores de Johns Hopkins Medicine (Baltimore, MD, EUA) descubrieron que los niveles elevados de biomarcadores específicos en la orina y la sangre pueden predecir la probabilidad de que un paciente desarrolle ERC. Estos resultados podrían ayudar a los profesionales médicos a medir la eficacia de la recuperación del daño renal y, potencialmente, evitar el avance de LRA a ERC.

Los investigadores realizaron un estudio que involucró a 656 pacientes hospitalizados con LRA, en el que midieron varios biomarcadores de orina y plasma relacionados con el daño renal, la inflamación y la salud tubular en múltiples intervalos durante un año después del diagnóstico. Su objetivo era determinar la correlación entre los cambios en estos biomarcadores a lo largo del tiempo y la progresión de la enfermedad renal después de la LRA. Los investigadores descubrieron que un aumento en los biomarcadores KIM-1, MCP-1 y TNFRI en orina y plasma, respectivamente, se asoció con un riesgo dos o tres veces mayor de ERC por cada cambio de desviación desde el inicio hasta los 12 meses. Estos hallazgos indican que el daño tisular prolongado y la inflamación, así como una restauración más lenta de la salud tubular, aumentan el riesgo de progresión de la enfermedad renal. Sin embargo, también notaron que un aumento en el biomarcador de orina UMOD se vinculó con una reducción del 40 % en el riesgo de ERC.
“La medición longitudinal de algunas de estas proteínas tiene el potencial de guiar el manejo de los pacientes con LRA después del alta, lo que incluye el seguimiento con un nefrólogo; optimización de los medicamentos para la diabetes y el corazón; y dosificación precisa de todos los medicamentos con función renal reducida”, dijo Chirag Parikh, MD, Ph.D. director de la División de Nefrología de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor correspondiente del estudio, quien subrayó la necesidad de más investigación sobre estos procesos biológicos en curso para ayudar a comprender mejor la transición de LRA a ERC.
Enlaces relacionados:
Johns Hopkins Medicine