Logro tecnológico vital podría ayudar a diagnosticar los efectos a largo plazo de la COVID-19
Actualizado el 02 Sep 2022
Sin un marco actual o herramientas de diagnóstico, los pacientes que sufren los efectos de la COVID-19 y de la COVID-19 prolongada presentan a los médicos generales un gran desafío para la salud. Ahora, un nuevo descubrimiento ayudará al diagnóstico de síntomas debilitantes que pueden incluir fuertes dolores de cabeza, agotamiento extremo, palpitaciones del corazón y confusión mental. El descubrimiento se presenta en forma de una nueva herramienta de diagnóstico que se podría implementar fácilmente en prácticas médicas en todo el mundo, a bajo costo.
Hace dieciocho meses, investigadores de la Universidad de Murdoch (Perth, Australia) utilizaron una tecnología multimillonaria de resonancia magnética nuclear (RMN) para identificar nuevos biomarcadores moleculares de diagnóstico que indican si alguien tiene la enfermedad, sin necesidad de detectar la enfermedad en sí. Luego usaron este trabajo para desarrollar una RMN clínica, económica, que los médicos generales pueden usar para detectar marcadores sanguíneos vitales para predecir los efectos a largo plazo de las enfermedades. La tecnología utiliza un conjunto de pulsos de radio, especialmente diseñado para extraer señales de biomarcadores altamente específicos (de marcadores de glicoproteínas inflamatorias y grasas unidas a lipoproteínas), que brindan un diagnóstico rápido en aproximadamente un minuto. Los investigadores creen que sus hallazgos representan un triunfo traslacional que, en última instancia, beneficiará a los pacientes con COVID-19 en clínicas de todo el mundo, además de tener la posibilidad de aplicación en muchas otras áreas de diagnóstico, incluida la enfermedad cardiovascular.
“Descubrimos estas señales hace unos 18 meses usando un instrumento de RMN más costoso, pero con algunas modificaciones de la secuencia de pulsos, que ahora nos permite obtener resultados idénticos en máquinas pequeñas que cuestan una décima parte del precio”, dijo el profesor Jeremy Nicholson, director de la ANPC y provicerrector del Instituto de Futuros en Salud. “Creemos que esta tecnología (espectroscopia de RMN de campo bajo) probablemente tendrá muchas otras aplicaciones clínicas en el futuro y puede ser de particular valor para monitorear algunos de los efectos residuales de la COVID prolongada en pacientes individuales”.
“Cumple con todos los requisitos para una tecnología traslacional exitosa: bajos costos, bajo mantenimiento, no requiere especialistas y no necesita algoritmos complejos para comprender los datos”, dijo el profesor Julien Wist de la ANPC, quien cree que el avance tecnológico tiene muchos beneficios, que incluyen recortar costos.